Desde hace unos días se viene anunciando la privatización de la obra pública. Solamente en este caso voy a escribir de las referidas a las de infraestructura, fundamentales para la ejecución de otro tipo de obras. Si no hay planificación, solo seguirán siendo anuncios. Las grandes obras como las hídricas en Tucumán hace años que no se ejecutan; en algún armario o escritorio hay un plan maestro, elaborado y presentado en Horco Molle por el ingeniero Roldán, que abarca toda la cuenca del Oeste, obra por obra; sólo falta el proyecto ejecutivo de cada una. ¿Alguien cree que esto se puede realizar con “inversión privada”? ¡Jamás! Desde el “Plan Laura” para obras viales en la época de Menem al Plan “Público/Privado” de Macri, las pocas obras empezadas se paralizaron al año de comenzadas; caso palpables, la ruta 11 o la nacional 8; y así miles a lo largo y ancho del país. El abandono o parálisis de una obra pública es criminal, por todo lo que en esta materia fala de realizar. Como a la dirigencia política solo le interesa el cargo, hay algunos que creo que no conocen, o no saben, cuál fue la función de la repartición que conducen. Perdón por lo precedentemente expuesto, no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Ángel Salvador Logusso
alogusso@hotmail.com