Levantarse cerca del mediodía, desayunar y almorzar al mismo tiempo, instalarse en la playa, disfrutar del sol y leer un buen libro, cambian por una alarma de sonido estridente, un escritorio sin ánimos y una casilla de mail colapsada de mensajes. Las vacaciones de verano fueron un escenario paradisíaco pero la vuelta a la rutina parece un golpe poco piadoso. Ese estado es lo que los expertos llaman la depresión postvacacional.
Vacaciones sin tu terapeuta: cuatro consejos y varias herramientasLa carga del equipaje lleno de ropa liviana cambia por otra carga menos grata y más pesada: la persistente sensación de tristeza luego de que las vacaciones terminan. Aquella rutina distendida cambiada por la presión de volver a cumplir horarios e indicaciones puede no ser fácil para muchos y este estado desafiante recibe el nombre de depresión postvacacional. Lo positivo es que, al conocer sus causas, podemos recuperarnos de aquel síndrome e incluso reinventarnos en el proceso.
¿Qué es la depresión postvacacional?
El síndrome postvacacional se manifiesta junto a una serie de síntomas que pueden perdurar durante semanas tras la vuelta de las vacaciones, aunque esto dependerá en gran medida de cada individuo. La intensidad de estos síntomas puede llegar a convertirse incluso en un problema para la salud mental en algunos casos, llegando a derivar en trastornos como la depresión o la ansiedad.
Numerosos estudios han descubierto que las vacaciones reducen el estrés y aumentan la sensación de bienestar. Pero aquí está la conclusión algo sorprendente para muchos investigadores: la felicidad que uno siente durante las vacaciones generalmente no dura. Cuando terminan las vacaciones, la gente vuelve a los niveles básicos de felicidad en unos pocos días.
Desde un artículo de la Harvard Business Review alertan sobre una paradoja postvacacional: en lugar de sentirse renovado y con energías cambiadas, al regresar al trabajo después de un descanso uno se siente agotado y lucha por recuperar el impulso. Es contradictorio, pero las investigaciones demuestran que es bastante común, señala Ayelet Fishbach, profesora de la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago.
¿Cuáles son los síntomas de este síndrome?
Uno de los síntomas que alerta sobre el síndrome postvacacional es un claro bajo estado de ánimo, según la psicóloga Angharad Albiach González. Este se manifiesta en emociones como tristeza y sentimientos de angustia y nostalgia, pero también va acompañado de una actitud irritable. Las personas que experimentan este fenómeno psicológico sufren ansiedad y estrés a la hora de afrontar sus obligaciones y responsabilidades diarias. Esto podría derivar en otros síntomas relacionados con factores depresivos, como la apatía o la falta de motivación o interés, como advierte la especialista.
Aunque no todo se queda en el terreno psicológico. El síndrome postvacacional también afecta a la salud física, con alteraciones del sueño, falta de apetito o, incluso, problemas intestinales, explica Angharad Albiach González.
Consejos para lidiar con la depresión postvacacional, según la Universidad de Harvard
Desde la prestigiosa Universidad de Harvard facilitan algunas recomendaciones para lidiar con este estado. Si bien algunos desafíos pueden ser inevitables, tomar medidas para aumentar la motivación y sentirnos más seguros con la vuelta al trabajo es un movimiento conveniente.
Principios para recordar
Qué hacer
- Establecer expectativas realistas, ya que volver a trabajar después de un descanso puede ser difícil.
- Crear un plan de incorporación que ayude a volver a la vida laboral: comenzar con tareas pequeñas y manejables que maximicen las fortalezas e intereses.
- Resistir la tentación de asumir compromisos adicionales, de lo contrario nos veremos sobrecargados.
Qué no hacer
- Perder de vista las razones por las que nos gusta el trabajo: su propósito, sus beneficios y sus oportunidades.
- Perpetuar la culpa por tener que equilibrar el trabajo y el ocio; en cambio, debemos ver el trabajo y el tiempo libre como complementos para una vida plena.
- Si después de algunas semanas aún tenemos problemas para volver a integrarnos en el trabajo, debemos dejar de lado los sentimientos persistentes y comenzar a explorar nuevos caminos y roles profesionales.