La icónica conductora Mirtha Legrand sorprendió esta tarde al realizar una visita al Faro de la Memoria, ubicado en Mar del Plata, donde mantuvo una breve conversación con Ana Pecoraro, coordinadora del espacio dedicado a la preservación de la memoria sobre los crímenes cometidos durante la última dictadura militar argentina.
Durante el encuentro, que fue calificado como una "charla cordial", Legrand se interiorizó sobre la historia del predio, que funcionó como un centro clandestino de detención, y sobre las actividades que actualmente se desarrollan en el Espacio de Memoria y el Faro Punta Mogotes. La visita fue destacada en redes sociales por la cuenta oficial del Faro de la Memoria, que compartió imágenes del momento y expresó su gratitud por la oportunidad de dialogar con la figura televisiva.
La presencia de Legrand se produce en un contexto marcado por tensiones entre los organismos de derechos humanos y el Gobierno Nacional, debido a los recientes recortes presupuestarios. Las organizaciones han denunciado despidos masivos y la clausura de archivos fundamentales para la investigación de crímenes de lesa humanidad. El Faro de la Memoria se unió a las manifestaciones del pasado 2 de enero para exigir el cese de estas medidas.
Legrand, quien ha sido objeto de críticas por su trabajo televisivo durante el periodo de la última dictadura cívico-militar (1976-1983), abordó en diversas ocasiones su postura sobre aquella época. "Yo jamás apoyé la dictadura. Trabajé como toda la Argentina. Pero jamás ayudé", declaró en 2017.
El vínculo personal de la conductora con los horrores de la dictadura salió a la luz en 2010, cuando reveló que su sobrina María Fernanda Martínez Suárez y su esposo Julio Enzo Panebianco fueron secuestrados en 1977. "Mi sobrina cree que estuvo en Palermo. Gracias a que yo era conocida y famosa pude salvarla", relató Legrand. La intervención directa de la presentadora ante Albano Harguindeguy, entonces ministro del Interior, resultó en la liberación de su sobrina, aunque no pudo evitar el asesinato de Panebianco, militante de la Juventud Peronista, quien fue enterrado como NN.
Martínez Suárez fue testigo en el juicio que concluyó con la condena del general Carlos Olivera Róvere. Según su testimonio, permaneció detenida en el centro clandestino Club Atlético. Esta experiencia personal de la diva de los almuerzos ha sido un recordatorio constante de los costos humanos del terrorismo de Estado.
La visita de Legrand al Faro de la Memoria reaviva el debate sobre el rol de las figuras públicas durante períodos de censura y represión, así como la importancia de mantener viva la memoria colectiva en tiempos de ajuste y desafíos presupuestarios para los espacios de derechos humanos.