James y Casey son un padre experimentado y un hijo adolescente que trabajan como guardias de seguridad en una empresa de camiones blindados que transporta millones de dólares entre distintos bancos. Cuando se les asigna la entrega de un misterioso paquete, su rutina da un giro inesperado tras una violenta emboscada en la carretera por una banda dirigida por el despiadado Rool, que los persigue por las calles hasta dejarlos acorralados en un antiguo puente deteriorado: el vehículo está colgando sobre el río y a punto de caer en cualquier momento, con la muerte segura de ellos.
Sin ayuda a la vista, atrapados y superados en número por los mercenarios atacantes, los guardias deberán unir sus fuerzas para enfrentar a sus atacantes pese a sus diferencias (el padre tiene problemas con el alcohol y problemas de comunicación con su hijo), descubriendo el verdadero valor de lo que transportan y poniendo a prueba su vínculo familiar en medio del peligro fatal que enfrentan. Las habilidades de cada uno serán cruciales para sobrevivir, antes de que el tiempo del ultimátum dado se agote.
“Blindado sin salida” se inscribe dentro del cine clásico de acción a medida del eterno Sylvester Stallone, junto a Jason Patric, Josh Wiggins, Erin Ownbey y Dash Mihok, con la dirección de Justin Routt. El protagonista demuestra, una vez más, que está lejos del retiro de las películas de golpes, disparos y adrenalina aunque los años pasen: ya tiene 78 años y desde hace tres días ha sido designado como Enviado Presidencial Especial en Hollywood por Donald Trump.
Quizás el enfoque más interesante es que esta vez, Stallone ya no es el héroe sino que se pone del lado de los malos; así, ya no será quien trata de salir del túnel taponado como en “Daylight” ni huir de una prisión como en la saga “Plan de escape”; en cambio, se transforma en el sitiador asesino, que pone contra las cuerdas a sus víctimas, con la mirada puesta solamente en el botín que pretende y que no es lo que todos esperan.