La pileta, una de las protagonistas del verano y de las esenciales para mitigar las altas temperaturas. Quienes tienen la fortuna de disponer de ellas pueden utilizarla las horas del día que deseen ¿o no? El recuerdo de una advertencia de sus padres o abuelos puede prevenirles de hacerlo: “¡Ni pensés meterte a la pileta después de almorzar!”. Así, debemos esperar "al menos hora", pero ¿qué tan cierto es este aviso?

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Esperar al menos una hora a meterse al agua después de comer es un aviso que tiene larga historia en el folklore familiar. Con ello, el disgusto de quienes no ven la hora de quitarse el calor en el agua fresca, ya que hacerlo inmediatamente después de almorzar podría provocarles dolores de panza, calambre y lo más grave: el ahogamiento. Sin embargo, esta tradición oral no es más que un mito.

¿Por qué se cree que no podemos meternos al agua después de comer?

La creencia de que no se debe nadar después de comer se origina en la idea de que cuando comemos toda la sangre viaja al estómago para hacer la digestión y no es capaz de abastecer adecuadamente a los músculos que, por falta de oxígeno, se acalambran. Estos calambres alterarían nuestra capacidad de nadar o mantenernos a flote y llevarían al ahogamiento. Pese a lo muy convincente que esto puede sonar, no existe ninguna evidencia médica ni biológica que apoye esta afirmación.

Sin embargo, hay un parte de cierta en la creencia popular. Aunque no hay pruebas científicas que vinculen nadar con calambres en el estómago, es cierto que el ejercicio vigoroso dirige el flujo de sangre del aparato digestivo hacia la piel y los músculos de los brazos y las piernas, y si la comida todavía no ha sido completamente digerida, puede producir náuseas, dependiendo de cuánto se comió. Esto puede significar una serie de problemas.

Si una persona va a nadar demasiado pronto después de comer, existe una pequeña posibilidad de que tenga calambres abdominales o malestar estomacal porque la comida no ha tenido tiempo de asentarse, de acuerdo al sitio web de Baylor College of Medicine.

¿Nadar con el estómago lleno puede poner en riesgo la vida?

Pero la concesión se limita allí, ya que nadar con el estómago lleno no pone en peligro la vida tan fácilmente. En 2011, el Comité Científico de Asesoramiento de la Cruz Roja realizó un análisis exhaustivo al respecto sobre la evidencia disponible hasta ese momento para descartar o ratificar la idea de que no se debe nadar después de comer y concluyó que los pocos estudios que se llevaron a cabo no mostraron ningún efecto sobre el rendimiento en natación y efectos secundarios mínimos en varios intervalos de tiempo después de una comida Tampoco se han reportado casos en la literatura en los que la comida previa haya sido causa o contribuido a un ahogamiento

Según el Comité Científico de la Cruz Roja, “la información actualmente disponible sugiere que comer antes de nadar no es un riesgo de ahogamiento y puede ser descartado como un mito”.