La niña se hizo viral en las redes sociales gracias a un video publicado en YouTube titulado "Lily’s Disneyland Surprise… AGAIN!", en el que se muestra la reacción de Chloe y su hermana mayor al recibir una sorpresa que haría feliz a muchos niños: un viaje a Disneyland.

Sin embargo, la reacción de la menor no fue la esperada. Con un gesto de desagrado en su rostro, solamente miró fijamente a la cámara. Por su parte Lily, la mayor, rompió en llanto de felicidad. La expresión de la más pequeña se convirtió en una imagen muy famosa de esa época que continúa usándose hasta el día de hoy.

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La confesión de su madre

Actualmente, la foto sigue circulando en grupos de WhatsApp, en Instagram, en Facebook, en TikTok y en toda cuanta red social existe. Pero esa popularidad se convirtió en una carga de culpa para la madre de la niña, Katie Clem, y así lo confesó en entrevista con el medio estadounidense, People.

“Hace 10 años éramos muy pobres”, admitió. “Esto nos pasó y pensamos: ‘¿Qué? Podemos pagar las facturas. Podemos mudarnos de nuestro diminuto apartamento para los cuatro’. Eran problemas del mundo real. Ese dinero literalmente nos ayudó a sobrevivir por una década. Cada centavo, aparte de ahorrarlo, era para afrontar nuestra vida diaria: alquiler, facturas, comida”.

El video se hizo viral en Youtube.

Según comentó, al principio veían este fenómeno como algo divertido. No obstante, a medida que sus hijas fueron creciendo, se dio cuenta de que ellas nunca habían estado de acuerdo con tener una exposición pública. “Al final fue demasiado con mis hijas, y sentí que nadie se beneficiaba de ello...”, reconoció.

El punto de inflexión ocurrió cuando Disney le propuso a la familia que Lily, la hermana mayor, tuviera su propio programa de televisión en ese canal. Fue allí cuando su madre pensó que exponerlas bajo la atenta mirada del público mediático podría ser negativo para ellas.

“Simplemente sabía que esa no era la dirección que quería para mis hijas. Y luego, a través de mi experiencia personal criándolas, estoy increíblemente agradecida de haber escuchado a mi instinto y no haber tomado ese camino”, reflexiona.  “Hacia el final todo dio un giro y me dije: ‘No creo que quiera exponer tanto a mis hijas’”, afirmó con seguridad.

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Además comenzó a notar que sus hijas “se aburrían y estaban cansadas”, así que le dio fin a su creación de contenido una vez que sentía que estaba obligándolas a hacer algo que no querían. “¿Hice todo bien? ¿Hice todo mal? ¿Son los comportamientos y cosas que muestran mis hijos ahora, 10 años después, resultado de esto? Tengo mucha culpa”, manifestó en la entrevista.