Luego de las largas horas de trabajo, lo único que podemos desear al llegar a casa es acomodarnos en la cama y descansar por largo rato. Así podemos pasar las horas del día durmiendo, sin enterarnos que quizás una siesta tan larga pueda no ser tan conveniente para la salud. Según una investigación, los riesgos de sufrir enfermedades graves aumentan con las horas prolongadas de descanso diurno. 

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Diferentes investigaciones han hecho alusión sobre el tiempo recomendable para dormir una siesta. Este descanso que ocurre luego del almuerzo no debe ser demasiado prolongado según los expertos. De acuerdo con una investigación realizada por la NASA y la Junta de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos (NTBS, por sus siglas en inglés) en 1995, una siesta de 26 minutos puede aumentar un 34% el rendimiento y un 54% el estado de alerta.

Siestas extensas pueden perjudicar la salud cardiovascular y cerebral

Pero ¿qué ocurre con las siestas mayores a ese tiempo? Los especialistas han advertido que el descanso diurno demasiado prolongado puede no ser tan conveniente para la salud. Un estudio ha advertido que siestas que superan los 60 minutos pueden estar asociadas con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 e incluso muerte prematura.

Un equipo de científicos del Instituto de Nutrición de la Universidad Fudan en Shanghai (China) llevó a cabo un estudio en el que analizaron los patrones de sueño y el riesgo de accidente cerebrovascular en más de 90.000 personas mayores de 50 años. Los resultados revelaron que aquellos que tomaban regularmente siestas de al menos una hora tenían un 23% más de riesgo de sufrir un derrame cerebral en comparación con quienes dormían menos tiempo o no dormían siesta.

Una siesta mayor a 60 minutos puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardíacas.

¿Por qué las siestas demasiado largas serían contraproducentes para la salud?

El estudio, publicado en la revista Sleep Medicine, también encontró que los riesgos aumentaban en personas que dormían menos de siete horas por noche. Esto sugiere que las siestas prolongadas podrían estar relacionadas con un descanso nocturno insuficiente, lo que afectaría negativamente a la salud cardiovascular y cerebral. Los expertos señalan que un sueño nocturno de calidad es fundamental para reducir el riesgo de enfermedades crónicas.

Los investigadores explican que los hábitos de sueño poco saludables pueden provocar inflamación en los vasos sanguíneos del cerebro, lo que aumenta la probabilidad de formación de coágulos y, en consecuencia, el riesgo de accidente cerebrovascular.