Las agujas del reloj se encaminaban hacia las 17 de ayer y la temperatura superaba los 37°, cuando el teléfono sonó en la Comisaría de Raco y activó las alarmas de todo el personal que allí se encontraba. El Río Grande en El Siambón tuvo una abrupta crecida y hubo que apurarse para llegar a evacuar a la gente que buscaba alivio al calor, en la zona del puente de la ruta 341.

“A las 16.40 recibimos el llamado telefónico de la directora de la escuela de Anfama y poco después de numerosos vecinos esa zona quienes también nos dieron aviso”, informó la sargento primera de esa comisaría, de apellido Olea.

Los uniformados se desplazaron de inmediato hacia la zona con sirenas para evacuar a todos los que estuvieran en el agua o a sus alrededores, por la inminente llegada de la crecida por las lluvias en lo más alto de la montaña.

“En ese momento había muchísima concurrencia en el río, pero se logró sacar a todos poco antes por lo que no hubo que lamentar ninguna víctima, afortunadamente”, señaló la policía.

Atentos

El personal policial suele estar atento a este tipo de eventos e incluso, el sábado hubo otra crecida pero mucho menor a la que quedó captada ayer en los celulares de los bañistas quienes filmaron desde el puente lo que ocurrió una vez que estuvieron a salvo.

Agua y barro se desplazaron en cuestión de minutos por el lugar, con tanta fuerza, que llegó a arrastrar a un caballito que no pudo huir del poderío de la naturaleza.

Antecedente fatal

En 2005 Gladys Estela Morales, de 45 años, y su hijo Leandro, de 5, se bañaban en las aguas de este mismo río cuando el cauce creció súbitamente. El sector de “La playita” fue el último lugar en donde Domingo Avelino González, vio con vida a su esposa y a su hijo, ya que sus cuerpos fueron encontrados a kilómetros de allí.

En 2006 el sobreviviente, en su nombre y también en representación de sus otros tres hijos, inició una demanda de daños y perjuicios contra la Provincia por una indemnización de $ 1.162.285, por la omisión del Estado en adoptar medidas de seguridad, prevención, información y concientización sobre este tipo de sucesos en el lugar de los hechos. Esa demanda fue rechazada y años después otra prosperó.

A 17 años de esa tragedia la Corte Suprema de Justicia de la Nación, con las firmas de Rosatti, Juan Carlos Maqueda, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, ordenó que se dicte un nuevo fallo en el reclamo de indemnización contra la Provincia de Tucumán.

LA TRAGEDIA DE 2005. Domingo González vio cómo el río se cobró las vidas de su mujer, Gladys, y de su hijito, Leandro.

En el mismo observó que durante el hecho hubo mucha gente y que la ley provincial 3.921, al establecer las obligaciones que atañen a la defensa civil en el ámbito provincial, “preceptúa que por esta se entiende ‘el conjunto de medidas y actividades no agresivas tendientes a evitar, anular o disminuir los efectos que la acción del enemigo o de la naturaleza, o cualquier desastre de otro origen, puedan provocar sobre la población y sus bienes y, además, contribuir a restablecer el ritmo normal de vida de la zona afectada’ ”. También añadió que las declaraciones del entonces ministro de Seguridad sobre las crecidas de ríos de montaña en verano “justificaba un pormenorizado tratamiento sobre las obligaciones que le incumben a la demandada a efectos de prevenir daños ocasionados por esta clase de fenómenos naturales”.

Sin señales

No obstante y a pesar de que se solicitó señalizar la zona para aquellos que desconozcan la fuerza de este tipo de eventos naturales, en el lugar aún no hay indicaciones correspondientes.