La noche del 4 de febrero quedó grabada en la memoria de Renzo Tesuri. Aquel partido contra Deportivo Riestra, por la tercera fecha del Torneo Apertura, no solo terminó con una dura derrota para Atlético Tucumán, sino también con la lesión que lo obligará a estar fuera de las canchas por varios meses. El volante entrerriano fue a disputar una pelota con Mariano Bracamonte y, en un giro desafortunado, sufrió una grave lesión de rodilla.
“Fue una jugada muy tonta”, admite Tesuri. “He tenido golpes mucho más fuertes en mi carrera y nunca me pasó nada. Pero esta vez, en un movimiento simple, sentí un dolor que nunca había sentido antes”, explicó el volante. La imagen del jugador en el suelo, con gestos de angustia, hizo temer lo peor. La confirmación llegó horas después: ruptura de ligamentos cruzados.
Tras la noticia, Tesuri encontró refugio en su familia y en el apoyo incondicional de sus compañeros. Su madre, Ana María, viajó de inmediato para acompañarlo en los días más difíciles. “Apenas le conté lo que había pasado, mi vieja no dudó en venir”, cuenta el mediocampista. “Sabía que iba a ser un proceso largo y que iba a necesitar a mi familia cerca. Tenerla conmigo fue fundamental”.
Junto a su esposa, Jorgelina y su hijo Lionel, de cuatro años, Tesuri intenta mantener la calma y la paciencia, aunque admite que le cuesta. “Si fuera por mí, ya estaría corriendo”, dice entre risas. “Pero esto lleva su tiempo y hay que respetarlo”, explicó.
Si hay alguien que entendió por lo que estaba pasando Tesuri, fue Luis “Pulga” Rodríguez. El ídolo de Atlético sufrió una lesión similar en 2013 y no dudó en estar presente cuando su compañero más lo necesitaba. “El ‘Pulga’ se dio cuenta de inmediato de la gravedad de la lesión”, relata Tesuri. “Esa noche estuvo conmigo hasta las 4 de la mañana. Nunca me dejó solo. Me mandaba mensajes, me hablaba, me tranquilizaba”, recordó el volante.
Rodríguez no solo le brindó compañía, sino también su experiencia. “Me decía que él había pasado por lo mismo, que entendía lo que estaba sintiendo. Que no me desesperara, que lo importante era mantener la cabeza fuerte. En ese momento, uno todavía tiene la esperanza de que no sea tan grave, pero él ya lo sabía. Solo que no me lo dijo en el momento para no bajonearme más”, relató.
Ese apoyo no fue solo de Rodríguez, sino de todo el plantel. “Mis compañeros estuvieron siempre. Me mandaban mensajes, me pasaban a ver, me hacían sentir parte del equipo a pesar de no poder estar en la cancha”, asegura Tesuri. “Es algo que valoro muchísimo”, explicó.
El 12 de febrero, Tesuri fue operado por el doctor José Saab. La cirugía salió bien, y desde entonces, el mediocampista trabaja en su rehabilitación en el complejo deportivo José Salmoiraghi bajo la supervisión del kinesiólogo Patricio Peralta. “Voy todos los días al predio y hago lo que me toca con el kinesiólogo”, explica. “Pero lo más difícil es ver a mis compañeros entrenar y no poder ayudar. Esa es la peor parte”.
Tesuri sabe que el camino es largo y que deberá tener paciencia. “Me dicen que lea, que busque cosas para hacer porque voy a tener mucho tiempo libre”, cuenta. “Pero lo único que quiero es volver a jugar. Para mí, cada día que pasa es uno menos para volver a la cancha”.
Si bien aún no tiene una fecha exacta para su regreso, Tesuri sueña con volver a jugar antes de que termine el año. “Todavía no lo hablé con los médicos, pero ojalá pueda estar en la última parte del torneo”, expresa con ilusión. Su meta no es solo volver, sino hacerlo en plenitud. “Cuando regrese, quiero estar al 100%. No quiero dudas ni miedo. Quiero sentirme fuerte y poder aportar lo mejor al equipo”, remarcó.
Además, sueña con que su vuelta coincida con un buen momento del equipo. “Sería hermoso que el equipo esté peleando por una copa internacional cuando me toque volver. Los chicos están haciendo un gran esfuerzo y ojalá al final del año podamos estar celebrando algo grande”, finalizó.