El 2 de marzo de 2025, la comunidad de Lules se vio sacudida por la trágica muerte de Kiara Jazmín Caro, una niña de 7 años cuyo cuerpo fue hallado sin vida en el cauce del río Lules. Las circunstancias que rodearon su fallecimiento han llevado a la imputación de su madre, Daniela Fernanda Ávila, como principal sospechosa del hecho.

Según las transcripciones judiciales, en la madrugada del 2 de marzo, Ávila dijo que decidió acortar el camino de regreso a su domicilio llevando a Kiara por un sendero de tierra hacia la zona conocida como Puente Negro.

Allí intentó cruzar el río Lules a pie, poniendo en riesgo la vida de la menor. Durante el cruce, Ávila atravesó el río y dejó a su hija en medio del cauce sin prestarle auxilio ni pedir ayuda, a sabiendas de que la niña, por su edad, no podía valerse por sí misma en ese lugar.

La desaparición de Kiara ocurrió alrededor de las 2 a.m., pero Daniela no se presentó en la comisaría a realizar la denuncia hasta las 5 a.m. Según fuentes judiciales, tras abandonar a su hija, Ávila regresó a su casa, se bañó, se cambió. Aproximadamente tres horas después, acudió a la comisaría para poner en conocimiento de la policía los hechos.

La autopsia

La autopsia reveló que Kiara sufrió golpes en la región superciliar, así como en las áreas temporal y parietal izquierda. Además, se encontró barro en sus vías respiratorias superiores, lo que causó su muerte por asfixia por sumersión.

El informe preliminar de la autopsia, elaborado por el Dr. Escobedo, confirmó que la causa del fallecimiento fue asfixia por sumersión. Se observaron hematomas en la región frontal y pequeñas lesiones en el cuero cabelludo, lo que sugiere traumatismos recientes y vitales. No se encontraron indicios de abuso sexual.

Testigos

Testimonios de vecinos y conocidos aportaron detalles sobre las horas previas al trágico suceso. Jaime Gabriel Fernando, residente en Ingenio Lules, declaró haber visto alrededor de las 2 de la madrugada a una mujer, identificada como Ávila, caminando tambaleante junto a una niña por un camino que conduce al río Lules. Miguel Ángel Ovejero, conocido de Ávila, relató que esa noche asistieron a los corsos en Ingenio Lules. Según su testimonio, alrededor de la 1:20 a.m., Ávila tuvo una discusión con su pareja, quien se retiró del lugar. Ávila intentó tomar un remís con su hija, pero al no conseguirlo, decidió irse caminando. Ovejero intentó buscarla en su moto, pero no logró encontrarla.

Otro testigo, Simón Fernández, corroboró que Ávila había estado consumiendo alcohol durante la noche y que, tras la discusión con su pareja, se retiró caminando con su hija alrededor de las 2 a.m. Posteriormente, Ávila regresó sola al lugar de los corsos, mojada y con barro, manifestando que no sabía dónde estaba su hija.

Las autoridades realizaron allanamientos en el domicilio de Ávila, ubicado en la ruta 321 de La Bolsa, Lules, donde se secuestraron prendas de vestir húmedas y otros elementos de interés para la investigación. Además, se tomaron muestras biológicas de Ávila y de su pareja, Matías Sebastián Paz, para su análisis.


En estado de ebriedad

Otro testimonio clave

La madre de la imputada informó que, aproximadamente a las 3:30 a.m., Ávila le contó que había intentado cruzar el río y que allí había perdido a la niña. Sin embargo, cuando fue a hacer la denuncia a las 5 a.m., aseguró falsamente que la niña se había caído del puente sobre la ruta 301. Esta versión para los investigadores no solo es falsa, sino que resulta imposible, ya que ese puente está a unos 800 metros del lugar donde fue encontrado el cuerpo, y además la corriente del río fluye en dirección contraria a esa ubicación. Esto hizo que la búsqueda se centrara en el lugar equivocado, lo que complicó las labores de rescate.