En el vigésimo día de su internación, la salud del papa Francisco permaneció “estacionaria sin presentar episodios de insuficiencia respiratoria”. Además, comenzó la fisioterapia motora o muscular. Se trata de la primera vez que la Santa Sede alude a este tipo de ejercicios en su boletín diario.

“Como estaba previsto, recibió oxigenoterapia de alto flujo durante el día y durante la noche se reanudará la ventilación mecánica no invasiva”, indicaron.

Luego continuaron,  “en el piso privado de la 10ª planta, el Santo Padre participó en el rito de bendición de las Santas Cenizas que le impuso el celebrante, y luego recibió la Eucaristía”. “Después se dedicó a algunas actividades de trabajo. Por la mañana, llamó al P. Gabriel Romanelli, párroco de la Sagrada Familia de Gaza. Por la tarde, alternó descanso y trabajo”.

El papa Francisco descansó bien, pero se pierde el inicio de la Cuaresma

Asimismo, indicaron que pese a la complejidad del cuadro clínico, el pronóstico permanece reservado. Por esto, como se informó a través de un escueto comunicado esta mañana, el líder de la Iglesia católica no participará en las celebraciones del Miércoles de Ceniza. El pontífice argentino ya se había perdido las celebraciones del inicio de la Cuaresma en 2022 debido a un agudo dolor de rodilla.

El mensaje del papa Francisco por el inicio de la cuaresma

En la misa celebrada en la Basílica de Santa Sabina con motivo del inicio del camino penitencial, el Cardenal Penitenciario Angelo De Donatis leyó la homilía del obispo de Roma.

“Las cenizas, en efecto, nos ayudan a hacer memoria de la fragilidad y de la pequeñez de nuestra vida. Somos polvo, del polvo hemos sido creados y al polvo volveremos. Y son tantos los momentos en los que, mirando nuestra vida personal o la realidad que nos rodea, nos damos cuenta de que la existencia del hombre es tan sólo un soplo, explicó Francisco.  “Nos lo enseña sobre todo la experiencia de la fragilidad, que experimentamos en nuestros cansancios, en las debilidades que debemos afrontar, en los miedos que nos habitan, en los fracasos que nos queman por dentro, en la caducidad de nuestros sueños, en el constatar qué efímeras son las cosas que poseemos”.

El pontífice advirtió también: “la contraposición ideológica, la lógica de la prevaricación, el regreso de viejas ideologías identitarias que teorizan la exclusión del otro, la explotación de los recursos de la tierra, la violencia en todas sus formas y la guerra entre los pueblos, todo ello es como polvo tóxico que enturbia el aire de nuestro planeta, impidiendo la coexistencia pacífica, mientras crecen en nosotros cada día la incertidumbre y el miedo al futuro”.