La película “Anora”, del director Sean Baker, llegó a las salas de Tucumán tras ganar el Oscar a Mejor Película, otros cuatro galardones y generar un encendido debate sobre su tratamiento del trabajo sexual. Mientras algunos críticos la elogian debido a su mirada humana y realista, otros la acusan de romantizar y de banalizar la prostitución. protagonizada por Mikey Madison, se presenta como una historia acerca de una joven bailarina de un club nocturno que se casa impulsivamente con el hijo de un magnate ruso en Las Vegas; explora su relación con el poder, el dinero y la supervivencia en un mundo desigual.
Derechos y regulación
Georgina Orellano, secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices Argentinas (Ammar), expresó su decepción con la película, aunque destacó ciertos aspectos positivos: que el director haya consultado a trabajadoras sexuales y que estas participaran como extras en el film.
Sin embargo, cuestionó el uso de la narrativa del “hombre salvador”, un recurso común en la ficción. “Como si el gran sueño de las putas fuera encontrar, en nuestro trabajo, al amor de nuestras vidas. La cosa no pasa siempre por ahí”, dijo, y remarcó que lo que las trabajadoras sexuales realmente buscan es el reconocimiento de derechos laborales y el fin de la criminalización.
También criticó el enfoque moralista en torno de la prostitución: “¿A nadie se le ocurre hacer una película en la que una médica está esperando que un paciente se enamore de ella y la salve de hacer guardias de 24 horas? Con las putas pasa otra cosa, y esa otra cosa es la moral”.
Trabajar la autonomía
La psicóloga Florencia Fernández, especialista en género, destacó que la controversia alrededor de la película refleja un cambio en la percepción social del trabajo sexual. “Antes estaba banalizado y naturalizado. Hoy es un tema de debate más complejo”, sostuvo.
En opinión de Fernández, la clave está en la diferencia entre trabajo sexual autónomo y explotación. “Si hay un tercero que regentea y explota el trabajo con el cuerpo ajeno, no podemos hablar de autonomía”, explicó, y subrayó la problemática de la trata de personas.
Reconoció, además, que con la adquisición de derechos por parte de las mujeres, muchas trabajadoras sexuales hoy exigen reconocimiento y condiciones laborales dignas. “Aún persiste un estigma moral que debe abordarse con educación y políticas públicas”, concluyó.
La ilusión y la realidad
La psicóloga Luciana Leiva, que trabaja con víctimas de trata y explotación en la Fundación María de los Ángeles, observó similitudes entre la historia de Anora y la realidad de muchas mujeres en la provincia que ejercen la prostitución. “La película muestra desigualdades, vulnerabilidad y relaciones de poder, tal como las vemos en nuestra población atendida”, explicó.
Uno de los aspectos más preocupantes, según la trabajadora social Laura Ruiz de Huidobro, es la “fantasía del salvador”, un mecanismo psicológico que muchas mujeres en situación de prostitución reproducen. “Separar el cuerpo de las emociones y ofrecerlo como contraprestación no siempre resulta bien. Muchas veces, los clientes prometen una salida, pero la relación de dominio y manipulación no desaparece”, advirtió.
Por su parte, la abogada María de los Ángeles Agüero subrayó la necesidad de discutir el rol del cliente en este sistema. “La prostitución no está penada en la Argentina, pero sí el proxenetismo. ¿Qué lugar ocupa el cliente en todo esto? Esa es una deuda pendiente en el debate”, planteó.
En ese sentido, remarcó la urgencia de políticas públicas para garantizar alternativas reales a quienes buscan salir de la prostitución. “Se necesitan oportunidades laborales, reparación para víctimas de trata e inclusión social”, finalizó.
El análisis técnico
“Lejos de la romantización del trabajo sexual que practican películas como ‘Mujer bonita’ (Garry Marshall, 1990) y ‘Buena suerte Leo Grande’ (Sophie Hyde, 2022), pero también del patetismo de ‘Adiós a Las Vegas’ (Mike Figgis, 1995), esta historia de una bailarina erótica enredada sexoafectivamente con el joven y alocado hijo de un magnate ruso es el esquema de la ‘Cenicienta’, transfigurado por Baker como instrumento para otra de sus exploraciones en el turbio reverso del ‘sueño americano’”, explicó Pedro Arturo Gómez, profesor de la Escuela de Cine de la UNT.
Premios Oscar 2025: Anora se consagró como la Mejor PelículaA su criterio, el director realiza una mixtura adrenalínica de tragicomedia romántica de enredos, periplo urbano a lo “After Hours” (Martin Scorsese, 1985) y thriller de mafiosos, con certeros toques de slapstick (comedia de violencia física) y screwball (sátira de historias de amor), inyectados de humor negro y filosas alusiones a la lucha de clases.
“Anora es otro de esos relatos en los que el director de “The Florida Project” (2017), manifiesta su lúcida simpatía por personajes marginados -ligados, por lo general, al comercio sexual- y su voluntad de crítica social, donde las grandes ciudades, desprovistas totalmente de glamour, son un protagonista más, áspero”, detalló. Y Añadió que Baker escudriña las zonas erróneas de un mundo sociocultural marginal, y rescata la fortaleza y ternura de la condición humana: “Un gran paseo por el lado oscuro de la tierra de las grandes promesas”.
Anora fue merecedora de cinco Oscars
La película de Sean Baker arrasó en la 97ª edición de los Premios Oscar en la que obtuvo cinco estatuillas: Mejor Película, Mejor Dirección para Sean Baker, Mejor Actriz para Mikey Madison, Mejor Edición y Mejor Guión Original. Durante su discurso de aceptación, Baker agradeció a la comunidad de trabajadoras sexuales por su colaboración en la realización del film, destacó la importancia de su perspectiva en la narrativa. Por su parte, Madison, visiblemente emocionada, dedicó su premio a las mujeres que inspiran su trabajo y resaltó la resiliencia y fortaleza de las trabajadoras sexuales representadas en la película. Ambos discursos enfatizaron la necesidad de una representación auténtica y respetuosa de comunidades a menudo marginadas en el cine.