La Casa Blanca rechazó ayer una petición de un eurodiputado francés para que los estadounidenses devuelvan “la Estatua de la Libertad”, y dijo que Francia hablaría “alemán” si no fuera por la ayuda de Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial.

“Mi consejo a ese político francés anónimo y de bajo nivel sería recordarle que es solo gracias a Estados Unidos de América que los franceses no hablan alemán en este momento, por lo que deberían estar muy agradecidos a nuestro gran país”, declaró a periodistas la portavoz Karoline Leavitt.

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“Vamos a decirles a los estadounidenses que han optado por inclinarse por los tiranos, a los estadounidenses que despiden a investigadores por dar muestras de libertad científica: ‘Devuélvannos la Estatua de la Libertad. Se la regalamos, pero al parecer la desprecian’”, declaró el domingo el eurodiputado socialdemócrata Raphael Glucksmann, de 45 años, firme defensor de Ucrania y Europa, y muy crítico con Donald Trump.

Sentido del humor

“Los trumpistas están preocupados por perder la Estatua de la Libertad, pero parece que han perdido sobre todo el sentido del humor. Y cuando se enfadan con Raphael Glucksmann, creemos que han dado en el clavo”, escribió ayer Place Publique, el partido fundado por el legislador, en la red social X.

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Este chisporroteo se da en días en que unos 30 jefes de Estado Mayor de la Unión Europea se dieron cita en París al margen del Foro de Defensa y Seguridad para analizar, en presencia del mandatario francés Emanuel Macron, las garantías de seguridad para Ucrania con miras a un eventual alto el fuego, así como la seguridad del continente. “Rearmarse es prioritario, al igual que afrontar los cambios estratégicos globales que implica la desvinculación de Estados Unidos”, aseguraron.