El pianista y compositor tucumano Mauricio Martínez Zuccardi, presentará este sábado desde las 22 en el Teatro Alberdi un concierto sinfónico de la mano de su Orquesta “Nueva América”. En esta oportunidad, el compositor estrenará dos de sus más recientes composiciones: la “Sinfonía Laberintos” y el 2° Concierto para piano y orquesta.
La Orquesta, conformada desde el Colegio Nueva América y fundada por Martínez Zuccardi, integra a 14 músicos importantes de Tucumán: Noelia Antelo (violín 1), Sreiha Sapag (violín 2), Marina Jara (viola), Christian Zarb (cello), Bernardo Efrón (contrabajo), Constanza Sicardi (flauta), Josías Lazarte Georgieff (oboe), Florencia Jiménez (clarinete), Enzo Zuleta (fagot), Héctor Lizana (corno), Alejandra Sosa (trompeta), Bruno Solito (trombón) e Ignacio Gutiérrez (percusión) Piano y dirección a cargo de Mauricio Martínez Zuccardi. Se trata de una Orquesta de cámara, caracterizada por la presencia de un solista por cada instrumento.
El compositor comenta que este concierto iba a estrenarse en julio del año pasado, pero tuvo que posponerse. “La verdad que fue un proceso muy gratificante, porque los músicos han ido encontrándose con la obra y le pusieron su impronta personal”, asegura.
Ambas obras sinfónicas cuentan historias distintas. La obra “Sinfonía Laberintos” es una pieza de música absoluta, compuesta en cinco movimientos y que utiliza sutilmente ritmos folklóricos argentinos insertos dentro de estructuras formales clásicas.
Serán clásicas, pero con un lenguaje más contemporáneo. “Yo soy un compositor neoclásico y he ido desarrollando los motivos musicales a partir de circunstancias que iba teniendo en mi vida, a partir de dificultades que tuve que superar”, señala Martínez Zuccardi. “He ido creando estas músicas para conjurar esos momentos, y he terminado armando con esos temas las distintas formas musicales”.
Inspiración extramusical
La obra “El banquete” contiene una inspiración extramusical. Está basado en el mito del banquete de Freud, fundación de la cultura occidental. En el mito freudiano, el padre que reprime a sus hijos es asesinado y devorado por ellos, que luego, frente al caos, lo añoran y convierten sus recuerdos en un tótem, que es la representación de la ley. Las pulsiones que tienen los niños naturales, anárquicos y violentos, aparecen y los padres los empiezan a encauzar, ponerles límites, proceso descrito como traumático por Freud.
“De eso se trata el banquete. Aparecen dos sujetos, dos temas musicales bien contrastantes. Uno es en el registro grave y es como una marcha, es marcial, y eso evoca al orden que se ve en el padre. Después tenés muchos motivos que son muy livianos. Ese contraste entre ambos, una lucha que se escucha mucho en la música, una lucha por imponerse uno sobre otro. Esa es la oposición musical que está mostrando la contradicción psicológica”, explica el compositor.
“Creo que se van a poder conmover y se dejarán llevar. Van a poder, además, emocionarse porque no es solamente conmoverse, sino emocionarse en el sentido de entusiasmarse. Creo que es una música que te entusiasma. Te lleva a que tengas ganas, es optimista”.