La dieta proteica como su nombre lo indica es un tipo de alimentación basado principalmente en la ingesta de alimentos ricos en proteínas. Esta tiene múltiples beneficios a la hora de perder peso y mejorar la figura corporal.
Un superalimento: conocé por qué deberías incorporar la morcilla a tu dietaLa dieta proteica se ha popularizado en los últimos años debido a sus ventajas para la salud y su capacidad de acelerar los procedimientos de pérdida de peso. Estas se basan en aumentar el porcentaje de proteínas que consumimos en nuestro dieta habitual, que va acompañado además de una disminución de las cantidades de grasas e hidratos de carbono, lo que potencia los procesos de quema de grasas.
Los beneficios de la dieta proteica, menos grasas y más masa muscular
La dieta proteica tiene dos beneficios principales que son la pérdida de peso y el aumento de masa muscular. En el primer caso esto se debe a que las proteínas son más saciantes que los carbohidratos y las grasas, lo que ayuda a reducir el apetito y disminuir el consumo total de calorías. A su vez se produce un efecto térmico en nuestro cuerpo, ya que el organismo busca en las reservas de grasas más energía para metabolizar las proteínas en macronutrientes, lo que puede contribuir a un mayor gasto calórico.
Por otro lado, una dieta alta en proteínas permite mejorar el rendimiento físico y aumentar los niveles de masa muscular, ya que las proteínas son esenciales para el crecimiento y la reparación de los músculos, especialmente después del ejercicio. También, este tipo de alimentación ayuda a reducir el dolor muscular y acelera el proceso de recuperación después de los entrenamientos lo que mejora nuestro estado posterior al ejercicio.
¿Cuáles son los alimentos principales de la dieta proteica?
Realizar una dieta proteica conlleva una cierta planificación donde deben ser considerados los demás nutrientes, llevando a cabo una alimentación equilibrada y sostenible en el tiempo. Lo ideal es consultar a un especialista que evalúe las necesidades proteicas particulares, potenciando así los beneficios de esta dieta.
Los alimentos clave en las dietas de este tipo se centran en las comidas que más aportan estas moléculas, como lo son las carnes magras: el pollo, y las carnes rojas de pocas grasas; los pescados y mariscos, los huevos; los lácteos bajos en grasa como el yogur y el queso; las legumbres como porotos, lentejas y quinoa; frutos secos y semillas.