El fútbol español vuelve a quedar bajo la lupa. Esta vez, el foco está puesto sobre Kike Salas, defensor del Sevilla, quien es investigado por su presunta participación en una red de apuestas ilegales relacionadas con sus propias amonestaciones en partidos oficiales.
Según fuentes policiales, el zaguero de 23 años habría pactado con un amigo apostar a que recibiría tarjetas amarillas en determinados encuentros de La Liga, y luego repartirse las ganancias. Lo más grave: en algunos casos habría utilizado identidades falsas para hacer él mismo las apuestas, una infracción severamente penada por la legislación deportiva.
La investigación, llevada adelante por el Centro Nacional Policial para la Integridad en el Deporte y las Apuestas, determinó que Salas fue detenido en enero, aunque luego liberado mientras avanzaba el proceso judicial. El caso es seguido por el Juzgado de Instrucción N°1 de Morón de la Frontera.
Cinco partidos y casi 9.000 euros en ganancias
Según reveló el medio El Confidencial, el defensor habría intervenido en al menos cinco partidos de la temporada 2023/24, incluyendo duelos ante Las Palmas, Villarreal, Cádiz, Athletic Club y Barcelona. En todos ellos, se detectaron apuestas significativas hechas por su entorno, particularmente por un amigo identificado como “César G.”.
El caso más claro se dio el 14 de abril de 2024, en el partido contra Las Palmas: se realizaron cinco apuestas a su amonestación, todas exitosas. En el minuto 73, Salas cometió una infracción inexplicable que derivó en la tarjeta amarilla. Luego, por mensaje, el jugador pidió la parte de su ganancia: “Son 300 míos y tuyos 200, ¿no?”.
La evidencia incluye chats extraídos de su teléfono, donde se detalla cómo transferían dinero, usaban terceros para apostar y discutían sobre cómo ocultar las operaciones. En uno de los mensajes más comprometedores, Salas incluso alertó: “Esto se nos está yendo de las manos”.
El fútbol español, otra vez en el ojo del huracán
La situación generó un fuerte impacto en La Liga, que ya venía golpeada por otras investigaciones vinculadas al mundo de las apuestas. De comprobarse la culpabilidad, Salas podría enfrentar sanciones deportivas y penales graves, incluyendo la inhabilitación profesional. El caso sigue en curso, pero una cosa es segura: la integridad del juego vuelve a estar en jaque.