Ni cielo, ni infierno. Tras un opaco cierre de la primera parte del año, el “Mundo River” habita por estos días en una especie de purgatorio, mientras digiere lo que le tocó en suerte en Copa Libertadores -Libertad de Asunción y luego eventualmente el poderoso Palmeiras- e inicia su preparación inmediata para el Mundial de Clubes, con debut marcado para el 17 de junio ante el Urawa Red Diamonds de Japón.
La eliminación a manos de Platense en cuartos de final del torneo Apertura provocó una desaceleración brusca de un equipo que venía lanzado en velocidad cual McLaren en la Fórmula 1. Después aconteció el insípido empate con Universitario de Lima y con ello volvieron las sensaciones ambivalentes sobre para qué está este equipo de Marcelo Gallardo.
Por cierto, el propio “Muñeco” admitió en su última rueda de prensa. “Fuimos un equipo de dos caras”.
Tal definición aplica no solo para lo mostrado ante la “U”, sino a lo exhibido durante todo el semestre. River no fue convincente salvo por espacio de un mes. En ese lapso, ganó, goleó y gustó. Antes y después se asemejó a una obra inconclusa y carente de cimientos sólidos.
Por caso, se adueñó de su grupo de la Libertadores de forma invicta, pero perdió la Supercopa Internacional con Talleres y no cumplió el objetivo de llegar a la final del Apertura. Un bálsamo para sus hinchas fue el triunfo en el Superclásico que marcó la despedida de Fernando Gago del banco de su eterno rival.
Ahora, mientras Boca encuentra nuevos bríos en la vuelta de un viejo conocido como Miguel Russo y se entrega a la danza de posibles refuerzos con Leandro Paredes a la cabeza, en River reina el perfil bajo, sin estridencias ni tampoco expectativas desmesuradas en cuanto a las incorporaciones. El regreso del paraguayo Adam Bareiro es por ahora la única novedad.
De hecho, el propio Gallardo descartó sumar nombres solo para la disputa del Mundial en Estados Unidos, señal de que la prioridad absoluta es la Libertadores a partir de agosto.
Pues bien: el primer escollo será Libertad. La aparente suerte que provino del bolillero para octavos no acompañó en lo que sigue: si pasa, podría tener que vérselas demasiado pronto con el “cuco” Palmeiras.
River apoya sus sueños en su joya: Franco Mastantuono
Previamente se yergue ante sí el desafío del Mundial de Clubes (Monterrey y el Inter de Milán también serán rivales en primera fase), al que River -según su entrenador- irá a medirse. Su carta fuerte tiene nombre y apellido: Franco Mastantuono.
De la “joya” de 17 años, con actual convocatoria a la selección y pronto destino europeo, parece depender buena parte del destino de un equipo que, por ahora, no ha logrado encontrar los caminos futbolísticos para dejar el purgatorio por el que deambuló este semestre.