Venecia en Italia cuenta con nada menos que unas 118 islas, cada una de ellas perfectamente salida de un cuadro impresionista. Pero los palacios góticos, las góndolas románticas y las coloridas máscaras de Carnaval esconden otra historia más trágica al sur de la Plaza San Marcos. Tomar un "vaporetto" por 10 minutos para llegar a San Servolo, puede cambiar nuestra visión sobre esta porción de tierra en medio del agua, que fue el lugar de confinamiento de pacientes psiquiátricos graves y terapias poco piadosas.
Así es la espectacular mansión de George Clooney en Italia: un refugio de 100 millones de dólaresLa isla de San Servolo se encuentra al sureste de Dan Giorgio Maggie, en la Laguna Veneciana, escondidas casi por completo del concurrido centro de la ciudad. Esta alguna vez fue el albergue, junto con San Clemente, de una de las instituciones psiquiátricas más grandes y antiguas de Italia. Estos establecimientos están estrechamente entrelazados, y sus historias son evidencia invaluable sobre la forma en que la ciencia, la medicina y la psique humana se pensaban, trataban en ese momento.
El infame manicomio de San Servolo
Según un informe de Smithsonian Magazine, San Servolo es una isla rectangular que se extiende a lo largo de casi 48.562 metros cuadrados. En el siglo XVIII, el Senado de la República de Venecia designó San Servolo como retiro para militantes heridos que luchaban contra los turcos, pero luego fue utilizado como asilo mental, dirigido por San Giovanni di Dio, una figura religiosa, en 1725. El infame manicomio funcionó durante los siguientes 200 años, durante los cuales muchos tuvieron que soportar largos periodos de aislamiento y terapia de electroshock.
Entre finales del siglo XVIII y principios del XX, La población más humilde de Italia comenzó a sufrir mucho de "locura pelagrosa", un síntoma de la pelagra, una enfermedad sistémica grave causada por una deficiencia de vitamina B3 o niacina. Los habitantes rurales del norte tenían una dieta compuesta principalmente de polenta, un plato de harina de maíz hervida, barato y saciante, pero carente de vitaminas esenciales.
La pelagra aquejaba a la población más humilde
Los síntomas de la enfermedad se manifestaban en etapas conocidas como las cuatro d : dermatitis, diarrea, demencia y muerte. Primero, el paciente desarrollaba erupciones y lesiones cutáneas, seguidas de problemas gastrointestinales persistentes. Luego venía un ataque al sistema nervioso (conocido en aquel entonces como locura pelagra), que se manifestaba como depresión, demencia y violencia hacia los demás y hacia uno mismo.
En 1879, Italia registró cerca de 100.000 pelagrinas, como se denominaba a los pacientes. De estos, más de un tercio se encontraban en el Véneto, según escriben David Gentilcore y Egidio Priani en «Pellagra and Pellagrous Insanity During the Long 19th Century» . La región era un foco de la enfermedad, y a finales del siglo XIX, casi la mitad de las muertes en Italia por pelagra se producían en el Véneto
Condiciones inhumanas
A medida que se enviaban más pelagrinos a las islas, el hacinamiento se convirtió en un grave problema en ambas instituciones, que a menudo duplicaban su capacidad. Para 1887, el número de pacientes a cargo de cada médico del manicomio de San Clemente se había disparado a 332. "El hacinamiento, como era natural, provocó la degeneración y el maltrato de los pacientes", afirmó Priani.
Durante todo el siglo XIX, estas instituciones insulares se convirtieron en el último recurso para quienes no podían ser atendidos por hospitales convencionales, afirmo Fiora Gaspari, responsable del archivo histórico de San Servolo al medio citado. Los pacientes pelagrosos eran llevados a Venecia por las autoridades provinciales y luego trasladados a sus respectivas instituciones en barco o góndola. La mayoría de los campesinos afectados estaban acostumbrados a las tierras de cultivo rurales y nunca habían visto una ciudad ni una masa de agua tan grande como la Laguna de Venecia. Esta separación de la Italia continental desencadenó una ansiedad y desesperación tan graves que algunos pacientes intentaron escapar o ahogarse, según la Enciclopedia Italiana.
Cambios trascendentales en la isla
Para agosto de 1978, sin embargo, San Servolo y muchos de sus homólogos a nivel nacional habían cerrado tras la aprobación de la Ley 180. (San Clemente cerró recién en 1992). Hoy, la isla de San Servolo cobró nueva vida. Cuenta con un pequeño campus universitario ; un espacio para celebrar fiestas privadas, bodas y conferencias; y un centro residencial para turistas. La isla también alberga un museo, inaugurado en 2006, que reconstruye la historia del hospital psiquiátrico.