Hay una meta que la FIFA tiene con el Mundial de Clubes: lo renovó para que el fútbol siga sacándoles al resto de los deportes una gran ventaja a lo que popularidad se refiere. La mega ampliación del torneo que pasó de ocho a 32 equipos quiere generar durante casi un mes lo mismo que el Mundial de Selecciones. Boca y River forman parte del primer ensayo.
Es difícil, al menos, en esta primera edición con el nuevo sistema. Y es lógico: los clubes, por más que una nación tenga cuatro representantes (Brasil es el que más tendrá con esa cantidad), no generará los niveles de audiencia de un torneo de Selecciones. Eso ya se puede presagiar en las calles tucumanas y seguramente la situación se replicará en otras partes del mundo.
Según la FIFA, apostó tanto como para ganarle a esa disparidad en poco tiempo. La edición 2025 está preparada para que en el futuro eso cambie.
“Ni idea cuando empieza porque me la paso trabajando”, confiesa Gustavo Arrieta. Él está apostado frente a la Casa Histórica. Luce una campera que en el brazo derecho lleva el escudo del “Millonario”. Es hincha pero aclara rápidamente: “No soy fanático”.
El artesano que hace pulseras con hilo en dos minutos por $2.000, sabía de la clasificación de su equipo al Mundial de Clubes, pero la falta de tiempo y su rutina laboral lo alejan del seguimiento diario.
Aunque alguna vez se hizo el tiempo para mirar algún partido trascendental. Si el Superclásico se produce (podrían eliminarse antes de la final dependiendo sus posiciones en la fase de grupos) ahí sí se dará el espacio. Para él, ver un partido en su espacio de trabajo se convierte en una opción si tiene ese calibre. De hecho, que se enfrenten River-Boca en el torneo que se jugará en 12 ciudades de los Estados Unidos, sería una buena prueba para el experimento FIFA porque el duelo de los equipos argentinos capta la atención en muchos países.
“Me compraron recién uno de Boca”, detalla Luis Adrián Romano. Él está cerca de Arrieta, también eligió como “oficina” la calle Congreso, con el monumento en donde se declaró la independencia como testigo de su trabajo. Romano vende collares con piedras y llaveros. En los anillos de metal plateado para poner las llaves hay motivos variados en su confección. Entre ellos, los escudos de los dos equipos que representarán a Argentina. ¿Seguro que esa venta del elemento para llevar llaves fue porque el torneo está muy cerca? “No. Me dijeron que era un regalo por el Día del Padre”, afirmó el vendedor.
La desconexión “Mundial de Clubes” en la venta de Romano es aún mayor que la de Arrieta. “Ni idea”, responde Luis al ser consultado sobre el inicio del_torneo.
Él está en otra sintonía, pero bien en otra porque incluso, y eso que está lookeado con una campera de Atlético, es de las personas para las que el fútbol no está a la misma altura del trabajo.
Si no está al pendiente de los torneos en los que su equipo juega, menos lo estará en uno en el que no competirá. Su desinterés, no es sólo por el Mundial de Clubes sino también por el fútbol local, incluido Atlético.
Jorge Toledo se define fanático del “Decano” y de la Selección Argentina. Debajo del buzo oscuro se ve que sale un remera de fútbol a bastones que combinan el celeste y el blanco. ¿Cuál será la de la Selección o la de su equipo? No importa teniendo en cuenta el tema de la charla. “Me gusta ver el Mundial de Clubes”, dice Toledo mientras toma unos mates dulces junto a su pareja en uno de los bancos de la plaza Independencia. Reconoce, eso sí, que la ausencia de su equipo le resta emoción. “Ya sé que Atlético ni a gancho puede estar”, comenta en referencia al exigente nivel de los equipos que competirán.
Sin embargo, los “decanos” hace unos años atrás, decían lo mismo con respecto a la Copa Libertadores. Por qué no soñar, más con la política FIFA de ampliación y propagación masiva del fútbol, con una Copa Mundial de Clubes. “Mi favorito es Barcelona. Me gusta verlo jugar porque tiene buenos jugadores jóvenes que manejan muy bien la pelota”, explicó Toledo. Sin embargo, su principal preocupación sigue siendo el presente de su club. “Lo veo un poquito complicado, tiene que traer más refuerzos. Sobre todo para rescatar más puntos y quedarse en Primera”, anheló el “decano”.
Más interesado en el torneo estará Aciel Omar Almirón. Su equipo es River, así que tiene motivos concretos para estar atento a lo que pasará en el torneo. “Lo veo bien porque está haciendo mucho, tiene muchos jugadores buenos, la mayoría son jóvenes”, explica Aciel. Está dispuesto a sacarse la camiseta de la banda roja que lleva puesta y cambiarla si es que el “Millonario” queda en el camino y el otro argentino avanza. No lo pronuncia, pero el muchacho quiere que el fútbol “albiceleste”, ese del campeón mundial vigente a nivel Selección, también quede en lo más alto a nivel clubes. “Quisiera que gane un equipo argentino, pero no hay que descartar a los europeos”, consideró Almirón a los máximos candidatos en el certamen.
Constanza Lagoria luce la camiseta de Boca. Al fixture, no lo conoce con precisión, pero sí, escrutará en cuanto sus tiempos laborales le permitan el rendimiento del equipo. “Me gustaba Fernando Gago, como llevaba al equipo”, dice la joven de 23 años. A diferencia de muchos hinchas “xeneizes” -aunque cada vez hay más- critica a Juan Román Riquelme.
El presidente del club contrató a Miguel Ángel Russo; el DT empezará su tercer ciclo en Boca con la difícil tarea de ganar y cortar el desencanto progresivo de simpatizantes como Lagoria. “Obviamente lo voy a seguir, siempre voy a estar alentando”, asegura Constanza. “Boca viene más o menos, pero esperemos que ahora sí, que se dé”, deseó la “xeneize”.
El Mundial de Clubes parece no prender del todo. Por ahora, la ilusión está algo encendida, aunque le falta llama.