Cada 8 de julio, el calendario litúrgico de la Iglesia Católica recuerda a varios santos y beatos que marcaron la historia de la fe cristiana. La figura más destacada del santoral del 8 de julio es Santa Priscila, mártir de los primeros tiempos del cristianismo, venerada en Roma y en todo el mundo católico.
¿Quién fue Santa Priscila?
Santa Priscila fue una cristiana que, según la tradición, dio su vida por la fe durante las persecuciones del siglo I en Roma. Su nombre está vinculado a las famosas catacumbas de Priscila, situadas en la Via Salaria, uno de los cementerios cristianos más antiguos y ricos en símbolos de la fe primitiva.
Algunos relatos la identifican con la colaboradora de San Pablo mencionada en el Nuevo Testamento, aunque otros sostienen que se trata de una mártir distinta. En cualquier caso, su testimonio es recordado como ejemplo de fidelidad, valentía y amor al Evangelio.
Otros santos que se celebran el 8 de julio:
San Aquila de Roma: Mártir y, según la tradición, esposo de Priscila. Ambos recibieron a San Pablo en su casa y fueron activos en la expansión del cristianismo primitivo.
San Adriano III: Papa entre 884 y 885, trabajó por la unidad de la Iglesia y la paz en Europa.
Beata María Romero Meneses: Religiosa salesiana nacida en Nicaragua, desarrolló una intensa obra social en Costa Rica. Fue beatificada por el Papa Juan Pablo II en 2002.
¿Por qué es importante el santoral católico?
El santoral católico no solo es una guía espiritual, sino también una manera de mantener viva la memoria de hombres y mujeres que dedicaron su vida a los valores del Evangelio. Cada día del año se honra a santos, mártires y beatos que inspiraron a generaciones con su entrega, su caridad o su testimonio en contextos adversos.
Este 8 de julio, la Iglesia invita a reflexionar sobre el legado de Santa Priscila y de todos aquellos que supieron vivir con coherencia su fe.