La postal parece sacada de una película de ciencia ficción, pero es real y está en el norte argentino. En la localidad jujeña de Cusi Cusi, a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar, el frío extremo congeló la Cascada de Pajchela, generando columnas y muros de hielo que sorprendieron tanto a lugareños como a los visitantes que llegaron a la región atraídos por su belleza única.

Este paraje de la puna jujeña, también conocido como Pajchila (nombre de origen quechua que significa “ruidosa”, en alusión al estrépito del agua al caer), se transforma cada invierno en un escenario de asombro. Entre junio y agosto, las temperaturas bajo cero mantienen el agua congelada, dando lugar a un espectáculo natural de formas cristalinas que parecen desafiar la gravedad. Algunas estructuras de hielo superan los diez metros de altura.

El contraste es impactante: el blanco translúcido del hielo brilla con los rayos del sol en el cielo limpio de la Puna, mientras que las rocas rojizas y ocres enmarcan un entorno que parece detenido en el tiempo. Solo el crujido del hielo o el susurro del viento interrumpen el silencio imponente.

Una travesía para aventureros

Llegar a este rincón de Jujuy no es tarea sencilla. El recorrido parte desde Abra Pampa, tomando la Ruta 4 hacia Rinconada, hasta llegar al pequeño pueblo de Cusi Cusi. Desde allí comienza una caminata que exige preparación física, resistencia a la altura y equipamiento adecuado. Por eso, se recomienda ir acompañado por guías locales y consultar el pronóstico meteorológico antes de emprender la travesía.

Medios locales y autoridades advierten sobre la importancia de tomar precauciones debido a las bajas temperaturas y a la altitud. Se sugiere llevar ropa térmica, botas de trekking con buen agarre, bastones de senderismo y alimentos de alto valor calórico.