Durante los festejos de los 100 años de la Revolución de Mayo, presidía el país José Figueroa Alcorta; la República Argentina tenía el PBI entre los primeros 10 países del mundo. Para el historiador Daniel Campi (LA GACETA, 20/07) “el nuestro era un país próspero”, “con una pujante economía”, “con una movilidad social ascendente”, pero luego se contradice: “si la economía fuera un tablero de ajedrez, la Argentina sería un simple peón”. Al colectivo de políticos, historiadores e intelectuales que se autoperciben progresistas, les produce escozor decir que fuimos potencia. Estábamos entre los 10 países más ricos del planeta y éramos ¡un simple peón! En los festejos del centenario todos los países del mundo enviaron delegaciones, barcos de guerra extranjeros atracaron en el puerto de Buenos Aires, por las calles de la ciudad desfilaron regimientos militares. Se realizaron varios congresos internacionales: de jurisprudencia, de ciencias sociales, de higiene, de ferrocarriles, etc. Se organizaron exposiciones industriales, de comercio, de arte; la Argentina exhibió ante el mundo su cultura, su ciencia, su arte. Nos visitaron intelectuales, periodistas, artistas, científicos de todo el mundo. El teatro Colón fue escenario de una gran función lírica aplaudida por esas personalidades. Quisiera que recordemos que la Argentina empezó su historia desde muy abajo, éramos el último virreinato creado por España, un espacio desocupado cuando ya se había desarrollado México, Perú, Nueva Granada. Cuando empezó la organización nacional la mitad del territorio estaba dominado por los indios. Recordemos también que Estados Unidos heredó de Inglaterra sus instituciones y sus industrias, nosotros tuvimos que crearlas desde cero. Esa es la película que los autopercibidos progresistas no quieren ver y se limitan a criticar la situación social del centenario ignorando que ya existían leyes que protegían a los trabajadores y era una legislación de avanzada para la época, fueron contribuciones de los gobiernos de Roca, Irigoyen, Alvear y los legisladores socialistas. La situación actual es lo que nos debe preocupar con los niveles escandalosos de pobreza y de indigencia y con un territorio sembrado de villas miserias. Ojalá tuviéramos los mismos problemas sociales de la Argentina de 1910.

Luis Ovidio Pérez Cleip                           luisperezcleip@gmail.com