Una falla técnica en el sistema de control del tráfico aéreo obligó este miércoles a suspender todas las salidas de vuelos desde los aeropuertos del Reino Unido, generando importantes demoras y afectando a miles de pasajeros. La situación se vivió con especial intensidad en terminales clave como Gatwick (Londres), Edimburgo (Escocia) y Newcastle (norte de Inglaterra), donde los aeropuertos informaron oficialmente la suspensión de los despegues a través de sus redes sociales.

El Servicio Nacional de Tráfico Aéreo (NATS, por sus siglas en inglés) explicó que el problema se originó en uno de los centros que supervisa un área de 320.000 kilómetros cuadrados de espacio aéreo. 

Aunque el desperfecto fue resuelto en forma relativamente rápida por los ingenieros, las operaciones se vieron afectadas durante varias horas. Algunos vuelos entrantes pudieron aterrizar, pero los retrasos y cancelaciones se acumularon.

Desde la Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido recordaron a los pasajeros sus derechos ante cancelaciones y demoras. En paralelo, la aerolínea de bajo costo Ryanair aprovechó para criticar públicamente al director ejecutivo de NATS, en un tono poco habitual.

Este incidente se suma a otros episodios recientes que afectaron el espacio aéreo británico: en marzo pasado, más de 1.300 vuelos en todo el mundo sufrieron interrupciones a raíz de un incendio en una subestación eléctrica cerca del aeropuerto de Heathrow, el más grande del país.