Cuando hace 25 años Tim Burton presentó su versión de “Charlie y la fábrica de chocolate” quedó claro que la novela escrita por el británico Roald Dahl, superclásico infantil en los países hispano hablantes, tuvo un alcance mayor. Le pasó por encima a la versión anterior protagonizada por Gene Wilder, Burton se reúne por cuarta vez con su otro yo Johnny Depp, y en brazos de la fanfarria de Danny Elfman se tira de cabeza a los ríos de cacao y los gigantescos escenarios de cartón que diseñados para él.
“Charlie y la fábrica de chocolate” es un viaje visualmente deslumbrante y emocionalmente conmovedor que encanta tanto a jóvenes como a adultos. Transporta al espectador a un mundo lleno de fantasía y maravilla, donde los sueños se hacen realidad y la imaginación no tiene límites, señaló la crítica.
La historia sigue a Charlie Bucket, un niño humilde con un corazón de oro, que gana un ticket dorado para visitar la misteriosa fábrica de chocolate de Willy Wonka.