Del español “pelota”, etimológicamente perteneciente al campo de la tradición argentina, actualmente usado –muy usado– como un adjetivo calificativo despectivo, la palabra “pelotudo” ahora fue incorporada al diccionario de la Real Academia Española, por lo que se podría decir que tiene existencia oficial.
"Me casé con un boludo": las primeras impresiones no muestran la cara real“Tonto (de corto entendimiento, o propio de la persona así)”, es la definición que da el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia. “Exigencias pelotudas”, pone como uso ejemplar. Como una segunda acepción, explica: “Frecuentemente se usa como insulto” y, para el caso, la sentencia: “No es más que un viejo pelotudo”.
El pelotudo argentino
Ya en 2004, el escritor tucumano Mario Kostzer publicó “El pelotudo argentino”, una especie de enciclopedia que describía los diferentes tipos de personas que se ajustaban a este descriptivo, a veces cariñoso, a veces insultante. La obra pasaba revista por unos 50 tipos de pelotudos y detallaba sus comportamientos. Pero entonces, Kostzer ya anticipaba: “Cada día hay pelotudos nuevos, con formatos actualizados, como los pelotudos con celular, por ejemplo”.
Originalmente, el espíritu del libro remitía al reconocimiento de los pelotudos. “Hay una variedad grande, no sólo del pelotudo que uno ve como un tercero, sino, por ejemplo, cuando uno se siente un pelotudo porque un pelotudo con poder te hace sentir así. El pelotudo va asumiendo distintas modalidades, uno lo va viendo y se va identificando”, reconocía Kostzer.
Origen de la palabra “pelotudo”
Con o sin reconocimiento de la RAE, “pelotudo” se ganó su propia existencia y hasta forma parte de uno de los clásicos del cine nacional. Su origen se remonta, según se cuenta, a la cultura popular; particularmente al episodio de guerras de independencia y a una de las posiciones de ataque.
Los gauchos eran utilizados entonces como frente de ataque y defensa. Una de las tres filas que conformaban estaba compuesta por los llamados pelotudos –por entonces, un término no despectivo–. También había una fila con lanceros con facones y tacuaras y una fila de boludos, que atacaban con boleadoras.
Pero los pelotudos tenían su propio instrumento, del que nace su nombre. Iban al frente del ejército, con grandes piedras que ataban con tientos y lanzaban para atacar a sus oponentes. La valentía para enfrentarse a la vanguardia derivó en el cambio de sentido: el sentido heroico que presentaban fue cambiado poco a poco por una connotación, primero irónica y humorística, y después por una peyorativa.