ATENAS, Grecia.- Giorgos Zafeiriou ya no reconoce su barrio, el centro histórico de Atenas, con sus aceras invadidas por mesas de restaurantes, el ir y venir de valijas con ruedas que circulan en medio de basureros desbordados y el estruendo de la música.
El distrito Plaka de la capital griega “está amenazada por el sobreturismo”, lamenta Zafeiriou, quien vive en esta zona desde hace más de tres décadas y encabeza su asociación de residentes.
Este año se esperan 10 millones de visitantes en Atenas, dos millones más que en 2024, lo que refleja la creciente popularidad de la ciudad como destino turístico desde el fin de la pandemia del covid-19.
Considerada la cuna de la civilización occidental, Atenas ante era sólo una escala entre el aeropuerto y el puerto de Pireo, desde donde los turistas iban a las pintorescas islas griegas.
Zonas saturadas
Plaka, bajo la antigua colina de Acrópolis, es una barrio antiguo, el más antiguo de Europa, “y ha sido habitado constantemente desde la Antigüedad”, señaló Lydia Carras, quien encabeza la asociación Ellet de preservación del medio ambiente y la herencia cultural. “No podemos dejar que pierda su alma”, agregó. Cerca del vecindario, declarado Patrimonio Mundial, se encuentra el milenario templo del Partenón. El año pasado recibió a casi 4,5 millones de visitantes. Ahora, está repleto de personas que navegan las calles estrechas bordeadas de cafés, tabernas, tiendas de souvenirs, pequeños templos bizantinos y reliquias de la Antigüedad y la era Otomana.
Arden 1.000 hectáreas en el sur de GreciaEl turismo es un pilar de la economía griega, que ha enfrentado años de austeridad tras la crisis financiera global de 2008, y la posterior crisis de la deuda en la eurozona.
Para Konstantinos Marinakis, un vendedor de souvenirs, “a Grecia le va mejor gracias al turismo, que ha permitido a la economía recuperarse y crear empleos”.
Pero la actividad ha generado rechazo entre los pobladores de los sitios más buscados de Europa, que reclaman de los crecientes precios de la vivienda y el impacto en sus barrios.
En Barcelona, manifestantes han atacado a turistas con pistolas de agua mientras la italiana Venecia impuso un cobro para controlar el número de visitantes.
El alcalde Haris Doukas comenta que Atenas es ahora una de las 10 ciudades más visitadas del mundo, pero reconoció que “zonas como Plaka están saturadas de turistas”.
“No hemos llegado al nivel de Barcelona, pero debemos hacer algo antes de que sea demasiado tarde”, dijo.
Ante ello, fue creada una “unidad de intervención” para Plaka a fin de aplicar las reglas con apoyo de la policía municipal.
Si un residente ve que la terraza de algún restaurante invade el espacio público o que hay vehículos estacionados en la acera, puede denunciarlo a este equipo municipal.
Entre 1960 y 1980, Plaka estaba llena de discotecas y bouzoukias (club de música griega)” y “muchos pobladores se alejaron”, contó Carras.
Los clubes fueron cerrados por un decreto presidencial de 1993, que protegió las casas y precisó el uso de cada inmueble del barrio, donde sólo se permiten hoteles en ciertas calles.
Evadir reglas
Pero “esas reglas han sido ignoradas”, con “casas enteras convertidas en varios apartamentos” anunciados en plataformas de arriendo de corto plazo, aseguró Dimitris Melissas, abogado especializado en planificación urbana.
Plaka tiene una población de 2.000 personas, pero en el verano puede recibir cuatro veces esa cifra, según Melissas.
El abogado llevó un caso sobre la legalidad de 16 edificios convertidos enteramente en alquileres estacionales al Consejo de Estado, principal corte administrativa de Grecia.
Dice que son hoteles disfrazados porque tienen recepción o sirven desayuno en las terrazas. Se espera una decisión para finales de septiembre y podría marcar un importante antecedente legal.
El gobierno conservador prohibió el registros de apartamentos en plataformas de alquiler de corto plazo por al menos un año en el centro de Atenas, donde había al menos 12.000 de estos arriendos en 2024, lo que provocó un encarecimiento de los alquileres.
“Pero todavía leo anuncios en diarios para invertir en apartamentos que pueden ser convertidos en Airbnb, dudo de la efectividad de esta medida”, expresó Melissas. “El problema en Grecia no es la aprobación de leyes, sino su aplicación”, concluyó.