El microondas es ese electrodoméstico que nunca deja de trabajar. Calentar la comida, descongelar el pan o preparar un snack rápido son tareas repetidas y habituales. Pero, ¿alguna vez te detuviste a pensar en una parte clave que suele pasar inadvertida? Se trata del filtro, ese componente esencial que se oculta en la parte inferior del aparato, frente a la placa de cocción.
¿Cuánto consume de luz un microondas que no se usa pero está enchufado?Su misión principal es capturar toda la grasa que se desprende mientras cocinas, impidiendo que esta llegue al sistema de ventilación del microondas. Aunque no lo veamos, su función es vital, y descuidar su limpieza puede llevar a una acumulación de grasa que no solo generará malos olores, sino que también afectará el rendimiento general de tus electrodomésticos de cocina.
Con qué frecuencia limpiarlo
A diferencia de la limpieza interior del microondas, que realizamos cada vez que hay un derrame, el mantenimiento del filtro es mucho más sencillo. Los expertos sugieren que el filtro de malla de tu microondas debería limpiarse cada tres a seis meses. La frecuencia exacta dependerá de cuánto cocines en casa o de la rapidez con la que se acumule la suciedad.
Mantener esta rutina no solo evitará que la grasa se vuelva un problema mayor, sino que también asegurará que todos tus aparatos de cocina funcionen a pleno rendimiento. Es una tarea simple que puede marcar una gran diferencia en la frescura de tu hogar.
Lo necesario para la limpieza
Antes de empezar, reuní estos elementos que te facilitarán la tarea: un destornillador, jabón para platos, bicarbonato de sodio, una esponja y, si tu filtro está muy sucio, guantes para proteger tus manos.
El proceso completo te tomará entre 10 y 30 minutos, así que es una inversión de tiempo mínima para un beneficio enorme en tu cocina. Recordá que la seguridad es lo primero: siempre desenchufá el microondas antes de manipular el filtro.
Paso a paso para una limpieza profunda
Una vez desenchufado el microondas, retirá los tornillos que sujetan el filtro en su lugar y guardalos en un sitio seguro. Al sacarlo, notarás que hay dos componentes: la malla y un filtro de carbón. Es importante saber que el filtro de carbón no se limpia;de hecho, debe reemplazarse. Podés conseguir un repuesto en ferreterías o tiendas online para mantener los buenos olores en tu cocina. Descartá el viejo y reservá el nuevo para más tarde.
Ahora, concentrémonos en el filtro de malla. Llená la pileta de la cocina con agua caliente y un poco de tu jabón para platos habitual. Sumergí el filtro de malla y agregá un cuarto de taza de bicarbonato de sodio. Dejalo en remojo por al menos 10 minutos; si está muy sucio, un poco más de tiempo no le vendrá mal. Si tu filtro es demasiado grande para sumergirlo por completo, podés hacerlo en dos mitades.
Refregar y reinstalarUna vez que la grasa se haya aflojado con el remojo, usá una esponja áspera o un cepillo para vajilla para frotar suavemente la suciedad. Asegurate de raspar a fondo, pero con cuidado de no doblar la malla, ya que esto podría impedir que encaje correctamente al volver a colocarlo. Luego, enjuagá el filtro bajo el chorro de agua tibia del grifo. Si aún ves suciedad, no dudes en repetir los pasos.
Una vez que esté impecable, secalo con toallas de papel. Finalmente, es hora de reinstalarlo. Combiná el filtro de malla recién limpio con tu nuevo filtro de carbón y volvé a colocarlos en el microondas usando los tornillos que guardaste. Y listo, con este paso a paso tu microondas estará más limpio, tu cocina más fresca y tus aparatos funcionando mejor que nunca.