El domingo, Tucumán volverá a convertirse en el centro del mountain bike argentino. El Rally Trasmontaña, la carrera de parejas de la especialidad cross country (XCO) más convocante del país, vivirá una nueva edición que promete encender nuevamente la llama de la pasión entre miles de ciclistas. Hasta el momento, son 2.304 los bikers inscriptos, y casi un 70% de ellos llegará desde otras provincias. Entre todos esos visitantes, Mendoza será la delegación más numerosa, con más de 350 corredores dispuestos a enfrentar el duro trazado.
No se trata sólo de cifras. El protagonismo mendocino en el Trasmontaña es un fenómeno que crece año tras año. El magnetismo que ejerce esta competencia sobre los bikers cuyanos es tan potente como el propio circuito: exigente, técnico, con desniveles que ponen a prueba la resistencia y la técnica, y paisajes que parecen sacados de una postal. Tucumán ofrece en un solo recorrido la combinación perfecta de adrenalina y belleza natural, y Mendoza lo sabe.
Entre los que ya cuentan las horas para largar está Javier Baigorri, de 43 años, oriundo de Guaymallén. Vendedor en una tienda de bicicletas, vive el mountain bike no sólo como deporte, sino como estilo de vida. Este 2025 marcará su quinta participación en el Trasmontaña, y esta vez lo hará junto a Mauricio Moreno, amigo y compañero que carga con una espina clavada: la última vez no pudo completar el trazado.
“La verdad que más allá de la carrera en sí, que es divina, todo lo que se vive antes también es una fiesta. Con el grupo de amigos lo tomamos como unas vacaciones”, cuenta Baigorri, quien viajará junto a un contingente de nueve mendocinos. Uno de ellos debió bajarse por un problema de salud, pero el resto ya está listo para partir.
En su memoria sigue viva la imagen de su primer Trasmontaña: “Me costó muchísimo. Es una competencia única. Para recibirse de biker, hay que correr el Trasmontaña”. Lo que más disfruta es el momento de cruzar la meta, cuando las piernas arden pero la satisfacción es más grande que el cansancio. “Nos encontramos con muchísimos mendocinos, siempre quedamos con ganas de volver. El circuito pasa por lugares maravillosos, y al mendocino nos gusta mucho eso. Ya el jueves estaremos en Tucumán para reconocer parte del trazado y ver las dificultades que nos esperan”, anticipa.
Con la mira en el podio
La presencia mendocina también tendrá representantes femeninas de gran experiencia y preparación. Mariela Garay, de 50 años, forma parte de un grupo de 20 corredores que desembarcarán en Tucumán. Esta será su segunda participación en el Trasmontaña: la primera fue en 2022, junto a su esposo, Marcelo Carmona. Ahora cambiará de dupla para correr junto a Susana Campanello, campeona argentina de la categoría la especialiad XCO en Master C2, con sus 60 años y un espíritu competitivo intacto.
“Vamos a correr en Damas Master C. La verdad que tengo muchísimas expectativas. Entrenamos muchísimo desde que comenzó el año, y desde marzo nos pusimos la mira en el Trasmontaña. Hicimos varias carreras para prepararnos. Esta es una competencia en la que no se puede correr con poco entrenamiento: es exigente, técnica y físicamente demandante. Tiene todos los condimentos: subidas, bajadas, senderos técnicos… y una organización de primer nivel”, afirma Garay.
Su historia en el mountain bike es relativamente reciente: comenzó hace cuatro años y al año siguiente ya estaba compitiendo. Recuerda que en su primer Trasmontaña caminó mucho porque no estaba preparada, pero no se rindió. “Ahora voy más preparada y con otras expectativas. El Trasmontaña es la carrera que no te podés perder si amás este deporte. El jueves ya estaremos en Tucumán, listas para vivirlo otra vez”, asegura.
En el otro extremo de la experiencia está Jesica Valdivia, de 48 años, profesora de Educación Física, que se prepara para debutar en el Trasmontaña. Lo hará en pareja con Francisco Torres, y junto con ellos viajarán sus alumnos Fabricio Moretti y Walter Falcone. Para los cuatro será la primera vez, pero no por eso irán desprevenidos: llevan más de un año de preparación específica para afrontar el desafío.
“El año pasado, unos chicos se comunicaron conmigo para armar un equipo y empezamos a entrenar. Desde entonces nos preparamos pensando en esta carrera. Nos entrenamos cuatro veces por semana y hacemos una sesión de gimnasio. Practicamos mucho en senderos y también hicimos ruta. En Mendoza tenemos montaña, así que eso ayuda. Creemos que llegamos con una preparación óptima”, relata Valdivia.
Para ella, como para muchos debutantes, el Trasmontaña es algo así como un sueño cumplido: “Por las charlas que uno tiene, es la competencia épica. Todos los que nos dedicamos al mountain bike queremos correrla alguna vez. Nos dicen que es un desafío y una experiencia única. Hemos visto muchos videos y ya queremos vivirlo en primera persona”.
Pasión que trasciende
El Rally Trasmontaña no es sólo una competencia deportiva: es una experiencia integral que combina deporte, turismo y camaradería. Los bikers no sólo llegan para competir; también para recorrer la provincia, compartir con amigos, disfrutar de la gastronomía y sumergirse en la cultura local. Esa mezcla de aventura y hospitalidad es parte del secreto que explica por qué el evento no para de crecer.
Para Mendoza, el Trasmontaña se ha convertido en una cita marcada en rojo en el calendario. Equipos enteros de escuelas de mountain bike y grupos informales organizan sus viajes con meses de antelación, coordinan la logística de traslado de bicicletas, reservan alojamiento y ajustan cada detalle como si se tratara de una expedición.
Y aunque cada corredor tenga su propia motivación -superación personal, revancha deportiva, búsqueda de podio o simple disfrute- todos coinciden en algo: el Trasmontaña tiene un magnetismo especial. No importa si es la primera vez o la décima; siempre hay algo nuevo que descubrir en sus senderos, siempre hay una anécdota para sumar al repertorio.
Belleza y dureza
El circuito, que este año tendrá muchas variantes, recorre senderos de montaña con tramos técnicos, ascensos prolongados y descensos vertiginosos. Los bikers atraviesan sectores de selva y miradores que regalan vistas únicas del valle. Pero la belleza es proporcional al desafío: cada metro exige concentración y resistencia.
El aporte de más de 350 corredores mendocinos no es casualidad. El mountain bike en Mendoza vive un momento de auge, con más competencias locales, circuitos mejorados y una comunidad cada vez más activa. Los paisajes cuyanos, con cordones montañosos y rutas escénicas, ofrecen un terreno ideal para entrenar y formar ciclistas de gran nivel.
Para muchos, el Trasmontaña es la culminación de esa temporada de esfuerzo: una meta que justifica meses de entrenamiento, inversión y planificación. La provincia no solo aporta cantidad, sino también calidad: cada año, parejas mendocinas se meten en la pelea por los primeros puestos de sus categorías.
Cuenta regresiva
Con las bicicletas ya revisadas, los entrenamientos en su punto final y la ansiedad a flor de piel, los mendocinos encaran los últimos días antes de la gran cita. Este jueves, como adelantaron Baigorri, Garay y Valdivia, muchos de ellos ya estarán pedaleando por los senderos tucumanos para reconocer el terreno.
El domingo, cuando se ponga en marcha la competencia, cada uno llevará consigo horas de esfuerzo, sueños por cumplir y la certeza de que, pase lo que pase, estarán participando de una carrera que es mucho más que una competencia: es un rito que se repite año tras año, un puente entre provincias y una celebración de la pasión por el mountain bike. Mendoza llegará con fuerza, color y energía al Trasmontaña 2025. Y, como siempre, dejará su huella en los caminos tucumanos.