El verano en Ibiza no solo trae sol, playas y fiestas, sino también historias que acaban generando un gran revuelo en redes sociales. La última en viralizarse es la de Laura, una usuaria de X (antes Twitter), que denunció haber recibido un cargo inesperado en la cuenta tras comer en un restaurante de la isla: 12 euros por el uso de un “gancho bolsa” para colgar su bolso.
Según contó en su publicación, ella y su grupo acudieron al local sin imaginar que un simple gesto tendría coste adicional. “La camarera nos ofrece amablemente colocar nuestros bolsos en un ganchito en la mesa. Declinamos su oferta, pero ante su insistencia aceptamos”, relató. El problema llegó “al ver la cuenta”, cuando descubrieron el cargo extra bajo ese concepto.
Leonardo DiCaprio vs. la Guardia Civil: el verdadero motivo del ‘altercado’ en IbizaLa clienta asegura que nunca se les informó de que el servicio era de pago. Al reclamar, el personal les dijo que podían quedarse el gancho como recuerdo. Ante la negativa, y tras su visible incredulidad, les emitieron un nuevo ticket sin ese cargo.
La historia ha generado un intenso debate sobre si se trata de una práctica legal. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) respondió con un enlace para presentar una reclamación. Por su parte, otros internautas apuntaron que se trata de una práctica “alegal” que solo sería aceptable si el precio estuviera claramente indicado en la lista de precios del establecimiento.
Victoria Federica disfruta de unas vacaciones de lujo en Ibiza a bordo de un yate de 8,5 millones… y sin su novioLa publicación de Laura supera ya las 536.000 visualizaciones y ha provocado cientos de comentarios con experiencias similares. Un usuario relató que en una heladería le cobraron “un euro por ‘varios’” sin explicación, mientras otro recordó que en cierto restaurante les añadían 15 euros por los cubiertos: “Nos cobraban por tenedor, cuchara, cuchillo y cucharilla”.
El caso evidencia la importancia de revisar la carta y la lista de precios antes de consumir, especialmente en zonas turísticas donde cargos inesperados pueden convertir una comida en una experiencia desagradable.