César Chelala
Columnista invitado
Recientes acontecimientos en Estados Unidos llamaron la atención sobre la trata y la explotación infantil, un fenómeno generalizado que causa enorme sufrimiento a nivel mundial. Hay varias formas de explotación infantil entre las que se encuentran el trabajo forzado; el abuso sexual; la participación en conflictos armados; el matrimonio infantil o la venta para adopción ilegal.
Millones de mujeres y niñas son compradas y vendidas cada año, ya sea para matrimonio, prostitución o esclavitud. Si bien la mayoría de las víctimas de la trata son niñas, también hay niños. Los niños y los hombres son víctimas de la trata con mayor frecuencia para trabajos forzados, mientras que las niñas y las mujeres son víctimas predominantemente de la trata con fines de explotación sexual. La trata de personas, cuyas víctimas provienen en su mayoría de tan solo diez países genera unos U$S 150.000 millones anuales en ganancias.
Según la Iniciativa Presidencial para el Control Internacional del Crimen, a principios de la década de 2000, entre 45.000 y 50.000 mujeres y niñas eran víctimas de trata hacia EEUU cada año, principalmente del Sudeste Asiático, el sur de Asia, América latina y Europa del este y eran obligadas a trabajar como sirvientes o prostitutas. En el notorio caso de Jeffrey Epstein, una investigación realizada por la oficina del senador Ron Wyden de Oregon, descubrió que Epstein trajo mujeres jóvenes de países tan lejanos como Rusia, Bielorrusia, Turquía y Turkmenistán a los Estados Unidos para ser explotadas sexualmente. Las víctimas de Epstein se calculan entre más de 1.000 niñas.
Según la Oficina de Programas de Justicia de Estados Unidos, en el año fiscal 2022, 1.656 personas fueron procesadas por delitos de trata de personas, de las cuales 1.118 fueron condenadas. En otros países, la tasa de procesamiento es menor, lo que dificulta la posibilidad de controlar eficazmente este fenómeno. El turismo sexual infantil es otro aspecto de este fenómeno mundial y se observa principalmente en Asia, América Central y del Sur. Unicef informa que anualmente, 10.000 niñas ingresan a Tailandia desde países vecinos y terminan como trabajadoras sexuales. El Instituto de Investigación del Sistema de Salud de Tailandia informa que las niñas representan un 40% de quienes ejercen la prostitución en Tailandia. Entre 5.000 y 7.000 niñas nepalesas son transportadas a través de la frontera con la India cada año y terminan ejerciendo la prostitución en Bombay o Nueva Delhi.
Exigen castigar la violencia sexual de HamasComo fenómeno social y patológico, obligar a las niñas a prostituirse no muestra signos de disminuir. No solo los traficantes individuales, sino también grupos organizados secuestran a niñas, los transportan a otros países y los venden para su explotación sexual, con la frecuente complicidad de agentes fronterizos y policías.
Debido a su situación, a menudo indocumentada, sus dificultades lingüísticas y la falta de protección legal, los niños secuestrados son particularmente vulnerables a caer en manos de traficantes o funcionarios gubernamentales corruptos.
Las causas subyacentes a la explotación sexual comercial infantil incluyen el aumento del comercio transfronterizo; la pobreza; el desempleo; la baja condición social de las niñas; la falta de educación –incluida la educación sexual– de las niñas y sus padres; la legislación inadecuada; la aplicación deficiente de la ley y la erotización de las niñas por los medios de comunicación, un fenómeno cada vez más frecuente en los países industrializados.
Violencia sexual
Las niñas que se ven obligadas a participar en el comercio sexual en diferentes regiones del mundo lo hacen por diferentes razones sociales y culturales. Las niñas de países industrializados pueden entrar en el comercio sexual al huir de hogares abusivos. En países de África oriental y meridional, las niñas que quedan huérfanas a causa del SIDA con frecuencia carecen de la protección de sus cuidadores y se vuelven más vulnerables a la explotación. A menudo, la violencia sexual se utiliza como arma de guerra. En ocasiones, se discrimina a las adolescentes porque se las percibe como menos propensas a infectarse con el HIV.
Afganistán: violencia sexual y torturas a mujeresEn muchos casos, las niñas sufren abusos sexuales por parte de miembros de su propia familia, incluidos sus padres. La Fundación Nacional para Acabar con el Abuso y la Negligencia Infantil (Endcan) de os EEUU informa del caso de una niña que sufrió abusos por parte de su propio padre desde que tenía tan solo 6 o 7 años. “Después de cada sesión de abuso, mi padre me daba un regalo y me decía cuánto lo sentía entre lágrimas. No sé si todos los sobrevivientes se sienten así, pero para mí, el abuso mental y emocional, así como su expresión, fue lo más aterrador”, dijo.
Los niños explotados sexualmente pueden sufrir una amplia gama de consecuencias psicológicas, conductuales y físicas a largo plazo. Entre ellas se encuentran el trastorno de estrés postraumático (TEPT); la depresión y la ansiedad; la baja autoestima y sentimientos de culpa persistentes, que les hacen culparse por el abuso sufrido. Los niños maltratados también se vuelven propensos a contraer infecciones de transmisión sexual, incluido el HIV/SIDA. Además, debido a las condiciones en las que viven, pueden sufrir desnutrición, lo que afecta su desarrollo mental y físico.
Giorgia Meloni: “La violencia sexual es mayor entre los inmigrantes ilegales”En todo el mundo, muchas personas y organizaciones no gubernamentales trabajan intensamente por la protección de los Derechos de la Infancia. A menudo, su labor los pone en conflicto con funcionarios gubernamentales y poderosos grupos de interés.
La ciudadanía a menudo no sabe qué hacer para mejorar esta situación. Por eso es más importante que nunca apoyar a las organizaciones nacionales e internacionales que trabajan en este problema y llamar la atención sobre el mismo. Mejorar la situación actual es posible si se invierten más esfuerzos y recursos suficientes. Debemos a la infancia del mundo un futuro mejor y más promisorio que el que les ofrecemos ahora.