El Papa Francisco podría haber estado en la mira del terrorismo internacional durante su visita a la ciudad italiana de Trieste, en julio de 2024. Al menos así lo sugieren los primeros indicios de una investigación abierta en Italia, que intenta determinar si una célula del Estado Islámico planeaba un atentado contra el Sumo Pontífice.
El caso comenzó con el hallazgo de una maleta sospechosa en un bar de la estación central de Trieste, apenas un día antes de la llegada del Papa. En su interior había una pistola automática, un cargador y 14 cartuchos. Para los investigadores, el paquete estaba listo para ser recogido por otra persona, lo que encendió todas las alarmas.
La pesquisa llevó a la detención de Hasan Uzun, ciudadano turco de 46 años, arrestado en Holanda y extraditado luego a Italia. Según las cámaras de seguridad, fue él quien dejó la maleta en la estación antes de abordar un tren rumbo a Milán. También se constató que había comprado una tarjeta telefónica con efectivo y destruido la anterior, un movimiento interpretado como un intento de borrar rastros.
Tras su paso por Milán, Uzun intentó ingresar a Suiza, pero fue rechazado en la frontera por irregularidades en su documentación. Las cámaras también registraron a un acompañante vestido con camisa celeste, cuya identidad aún no fue establecida.
Hoy, Uzun permanece en la prisión de Coroneo, en Trieste, bajo aislamiento. En principio, enfrenta cargos por “conspiración para portar y poseer un arma común”, mientras la Fiscalía intenta determinar si estaba vinculado a una red terrorista internacional. Su abogada, Lucrezia Chermaz, asegura que las acusaciones carecen de pruebas concretas y que el caso sigue en una etapa preliminar.
Entre el terrorismo y el delito común
Pese a las sospechas iniciales, la policía italiana rebajó la tensión en las últimas horas: “No se encontró ninguna prueba de planes hostiles u homicidas contra el Santo Padre”, señaló la Jefatura de Trieste en un comunicado. Las autoridades creen que Uzun podría estar más ligado a ambientes criminales comunes que a células del Estado Islámico.
Mientras algunos medios italianos sostienen que sí existió una trama con nexos en Turquía, los investigadores locales se inclinan por la ausencia de evidencias firmes que vinculen el hecho con un plan terrorista organizado.