El dorso de la imagen del fotógrafo César Martínez Lanio dice “Colegio Guillermina, mediados de los años 30” y de eso dan cuenta los dos automóviles estacionados frente a la entonces flamante institución de avenida Sáenz Peña 637.
El Guillermina fue donado por Alfredo Guzmán precisamente “en este barrio suburbano donde estimamos es mayor la necesidad de un establecimiento de tal índole”, según dijo el industrial en el discurso de inauguración, el sábado 10 de abril de 1937.
Recuerdos fotográficos: 1969. Fue a practicar con auto nuevo y sacudió el DiscóboloLa idea era incorporar esta institución a otras aportadas por “calificados ciudadanos que se han esforzado por el desarrollo de la cultura general y prestado ayuda a las clases necesitadas”. En este caso, bajo la conducción de las misioneras de la Inmaculada Concepción, se destinó el colegio “a la educación de la juventud femenina, a la cual se desea preparar para una buena cultura general”. Comenzó con 170 niñas. En la inauguración estuvieron el gobernador, Miguel M. Campero, y el obispo Agustín Barrere, entre otros.