Julio Argentino Roca tenía clarísimo el plan. Concluida su primera presidencia (1880- 1886) dejó la máxima magistratura en manos de su concuñado Miguel Juárez Celman, con la idea de retomar el poder en 1892. Pero pasaron cosas en el camino. La gestión de Juárez Celman, quien había sido gobernador de Córdoba, se hundió en un descalabro económico que devino en crisis, levantamiento civil (la Revolución del Parque) y posterior renuncia del mandatario. Roca salteó el turno de 1892 y volvería a la Presidencia en 1898, pero esa ya es otra historia.

Durante aquellos años turbulentos se celebraron dos comicios de medio término. En los primeros, el 5 de febrero de 1888, Tucumán renovaba dos bancas y los elegidos fueron Silvano Bores y Benjamín Paz, con la particularidad de que, por distintos motivos, ninguno completaría el período.

La brillante carrera del “otro” Avellaneda

La carrera de Bores, brillante orador y poeta a veces inspirado, llegó a la cúspide cuando asumió la gobernación de la provincia en 1890, aunque fue una gestión efímera, frustrada por los efectos de la Revolución del Parque. Bores fue diputado, senador y ministro; periodista y figura de la cultura, al punto de que presidió la Sociedad Sarmiento. Pero aquel primer paso de Bores por la Cámara de Diputados también fue breve, ya que renunció a la banca el 13 de mayo de 1889. Se organizó una elección especial de la que surgió su reemplazante, Vicente Padilla.

Visionario

En cuanto a Benjamín Paz, murió en pleno ejercicio del cargo, en octubre de 1889, y en su reemplazo asumió Eliseo Cantón. Médico, sanitarista, académico, visionario; la de Cantón fue una vida de servicios, actuando tanto en la calle -sobresalió durante la epidemia de cólera que azotó la provincia en 1886/7- como en el recinto del Congreso. Integró cinco veces la Cámara de Diputados -de la que llegó a ser presidente-, siempre impulsando iniciativas notables, entre ellas el préstamo con el que se costearon las obras de aguas corrientes en Tucumán.

Julián Murga: un soldado al Congreso

Quedaba otra elección de medio término y fue la celebrada el 2 de febrero de 1890, oportunidad en la que Tucumán renovó tres bancas. Esos escaños fueron para Francisco Lucio García, Eudoro Vázquez y Martín Posse.

García renunciaría al Congreso el 26 de junio de 1893 para asumir como ministro de Justicia e Instrucción Pública de la Nación, cargo en el que duró ocho días. Después volvería a representar a Tucumán, aunque en el Senado. En tanto que Vázquez, de larga trayectoria política, era un buen amigo de juventud de Roca.