Ciudad de Bolívar hizo historia. En el Estadio Único de San Nicolás igualó 0-0 con Atlético de Rafaela y, en una definición dramática, ganó 5-4 por penales para lograr el ascenso a la Primera Nacional. El arquero fue figura en una tanda que tuvo de todo: atajadas, tiros desviados y tensión hasta el final. Así, el club bonaerense coronó un proceso que comenzó apenas hace cinco años y que transformó a una institución nacida del vóley en una protagonista del fútbol argentino.
El proyecto había nacido en 2019, cuando un grupo inversor impulsó la idea de sumar fútbol al histórico club fundado por Marcelo Tinelli, que durante casi dos décadas fue una potencia sudamericana en vóley. “El proyecto arrancó en octubre de 2019 y luego, con un grupo inversor, se le dio mucho impulso”, contó Sebastián Alzueta, dirigente de la institución. El equipo se afilió a la Liga de Bolívar, ascendió al Federal A en 2021 y desde entonces fue escalando hasta alcanzar esta consagración. En ese camino, también vivió momentos de polémica, como los arbitrajes cuestionados en la semifinal ante Argentino de Monte Maíz.
Detrás del ascenso hay una comunidad entera. “Es algo histórico, único. Está todo conmocionado, todos quieren viajar y estar presentes”, relató Alfredo Troncoso, máximo goleador histórico del club con 27 tantos. En Bolívar, una ciudad de apenas 40.000 habitantes, el sentimiento es colectivo: los comercios, las escuelas y hasta los medios locales se paralizaron para seguir la final. El club se convirtió en una bandera de identidad local, con una estructura moderna que incluye el estadio municipal Eva Perón y el complejo José Domeño, adaptado del vóley al fútbol.
Además del impulso deportivo, Bolívar se destaca por su modelo de gestión. “Nos enfocamos en construir y aspirar a pensar en grande. El desembarco del grupo inversor le dio orden y consolidó una identidad”, explicó Alzueta. Aunque aún no posee divisiones inferiores consolidadas, el club ya compite en las ligas locales y fomenta juveniles en convenio con Balonpié. “Tenemos más de 300 socios y varias disciplinas, como hockey y taekwondo. El fútbol se sostiene con aportes privados”, agregó el directivo, destacando la estructura de excelencia heredada del vóley.
De la red al gol
La historia del club parece escrita a contramano del destino. En 2002, Bolívar era sinónimo de vóley y títulos continentales. Hoy, en apenas cinco años, alcanzó la segunda división del fútbol argentino y enfrentó a River e Independiente en la Copa Argentina. “Me da orgullo. Uno piensa en los años que se luchó, y verlo ahí, tan cerca, emociona. Es más fuerte que jugarlo”, cerró Troncoso. En San Carlos de Bolívar, el sueño se hizo realidad: del parqué al césped, del saque al penal, el club que cambió de deporte también cambió su historia.