María del Pilar González Mejía,  Valentina García Jaime y Martina Antonella Cecchin de 5° año A, de la escuela Gabriela Mistral, comenzaron a ver algo que les preocupaba. “Durante los momentos libres de la clase todos los chicos estaban con el teléfono, y se notaba mucho”, relataron. Cuando sus profesoras dejaban de dictar, de inmediato todos agarraban sus celulares. Y fue en una charla con sus docentes en el aula donde surgió una chispa que se encendió cuando llegó la propuesta de la convocatoria de Comfye en la Educación, por lo que decidieron crear una iniciativa que aborde la “dependencia digital”. “Dijimos: ‘Vamos a meterle garra y hacer el mejor proyecto’”, contaron.

El plan tomó forma con una lluvia de ideas: diseñaron una página web, crearon una cuenta de Instagram, elaboraron encuestas. “Hicimos carteles y los pegamos por toda la escuela, con un código QR, porque decidimos usar la misma herramienta que nos causaba el problema como parte de la solución”, señalaron.

Querían datos reales de su entorno, porque entendieron que la problemática debía ser estudiada desde su propia escuela. Así nació “Territorio Digital ¿Quién tiene el control?”.

¿Qué es la “desconexión digital”?

Para María del Pilar y Ana Valentina, la desconexión digital no es un capricho tecnofóbico sino una reconexión con lo que importa: “Significa conexión con el otro”, explican.

“Muchos chicos nos decían que, al estar todo el tiempo con el teléfono o con las redes sociales, ya no conectaban con el que tenían al lado día a día”, relatan. Y con un ejemplo lo ilustran: “Una compañera tenía una hermanita nueva desde hace poco y otro compañero no sabía nada por parte de ella sino que se enteró por Instagram”. Así, concluyeron las jóvenes, desconectarse del móvil puede significar conectar “con uno mismo, con lo que nos rodea”.

El proyecto también incluyó convocar a estudiantes de otros cursos para generar ideas. “No se trataba de ‘basta de usar el teléfono’, sino de cómo conectarnos más con las personas”, dijeron.

Una de las ideas más destacadas: el curso 6° del turno tarde propuso “cambiar el teléfono por un mate”. Con el mate vienen la charla, la presencia, la persona que habla y la que escucha.

Grandes desafíos

No todo fue sencillo. “Cuando empezamos a planearlo,  coincidió con cumpleaños, vacaciones… pasamos de todo”, dicen las chicas. Un desafío clave fue hacer que también los adultos en la escuela reconocieran que también tienen dependencia digital.

“Muchos decían: ‘Sí, pero yo lo uso para el trabajo’. Sin embargo, la dependencia está igual”, reflexionaron ellas. En los profesores y directivos vieron lo que habían detectado en los estudiantes.

Una de las docentes acompañante, Cecilia Décima, coincidió con sus alumnas. “Hicimos una encuesta en la que los adultos también reconocieron pasar muchas horas con el celular… algunos por trabajo, otros por TikTok, WhatsApp o redes sociales en general”, aseveró sin dejar de mencionar a la otra profesora involucrada, Cynthia Rojas.

Pero más allá del diagnóstico, el proyecto logró la participación de delegados de ambos turnos, de cada curso; se realizó un conversatorio de toda la comunidad y las chicas lideraron la ejecución. 

Resultados que sorprenden

¿Qué descubrieron con este proyecto? “Que hay ganas”, dice María del Pilar. “Que no somos dependientes no porque queremos, sino porque hay una necesidad que ya se volvió costumbre. Pero que, cuando se crean espacios de desconexión, las personas sí lo hacen”, agregaron.

Una de las ideas culminantes fue el “recreo sin celular”, y también espacios sin teléfono dentro del aula, donde el mate reapareció como símbolos. “En los momentos de ocio implementamos juegos y música, que fueron ideas que muchos chicos mencionaron en la encuesta. Así que lo pusimos en práctica, y funcionó muy bien”, analizaron.

Su profesora, en tanto, lo resume: “Fue espectacular. Los chicos realmente están desconectándose del teléfono, especialmente en los recreos. Ahora tienen diferentes tipos de juegos, que vamos cambiando semanalmente y la escuela ha tenido una respuesta muy positiva, tanto de docentes como de alumnos”.

Un reconocimiento y una invitación

El proyecto de las estudiantes de la escuela municipal Gabriela Mistral no sólo quedó en su aula sino que fue ganador de la convocatoria nacional de Comfye Educación. Por ello, la semana pasada en el Honorable Concejo Deliberante de San Miguel de Tucumán se reconoció formalmente a la escuela por “la iniciativa sobre desconexión digital”. Los impulsores fueron los ediles Gustavo Cobos y José María Canelada.

“Sería ideal que este proyecto se replique en otras escuelas porque está en juego la salud de los chicos y porque nuestros alumnos demostraron que sí se puede”, aportó la profesora Décima finalmente.

Mientras que la voz de las estudiantes insistió: “Si el teléfono deja de mandar, empieza la voz que estaba al lado”. Y en esa voz, en esa charla compartida, radica la apuesta de todo un colegio.