El aire en los pasillos de La Ciudadela volvió a cargarse de política. Después de semanas de rumores, reuniones a puertas cerradas y silencios dirigenciales, la dirigencia de San Martín tiene todo listo para convocar a Asamblea Ordinaria. La cita será el viernes 31, a las 19, en el complejo “Natalio Mirkin”, y marcará el inicio formal del proceso electoral que definirá el futuro institucional del club. En un contexto atravesado por la eliminación en el Reducido y el desgaste dirigencial, el llamado representa mucho más que un trámite contable: es el punto de partida hacia un cambio de etapa.
Según pudo acceder LA GACETA, el documento firmado por el presidente Rubén Moisello y por el secretario Guillermo Alcorta convoca a los socios a tratar el balance correspondiente al período contable del 1 de julio de 2024 al 30 de junio de 2025, junto con la lectura del acta anterior, la elección de dos asociados para firmarla y la presentación del dictamen de la Junta Fiscalizadora y del auditor contable. Se trata de la asamblea que el estatuto exige celebrar al menos una vez al año, pero que esta vez llega con un peso político evidente: será el paso formal que abrirá el camino a las elecciones de noviembre.
Para poder participar con voz y voto, los socios deberán tener la cuota al día y más de un año de antigüedad al momento del encuentro. Aquellos que no cumplan con estos requisitos podrán asistir, aunque sin derecho a sufragio. La instancia servirá además para dejar regularizada la situación institucional del club ante Personas Jurídicas y la AFA, algo indispensable antes de cualquier proceso electoral.
Una asamblea con recuerdos recientes
La última Asamblea se llevó a cabo el 26 de julio, el mismo día en que el equipo dirigido por Ariel Martos se enfrentó a Gimnasia y Tiro de Salta. Esa coincidencia generó enojo entre los hinchas, ya que muchos debieron optar entre viajar a acompañar al plantel o participar del acto institucional. El partido terminó en derrota y, pocos días después, Martos presentó su renuncia.
En aquella reunión, Moisello explicó que el retraso en la convocatoria se debía a problemas de salud y encabezó un acto con pasajes tensos. Hubo cruces con algunos socios, entre ellos Augusto Rodríguez, durante el tratamiento del balance, aunque finalmente todos los puntos fueron aprobados por amplia mayoría. El cierre de la jornada llegó con un mensaje de alivio del titular: “Finalizamos una asamblea histórica. ¡Vamos San Martín, carajo!”.
La cuenta regresiva institucional
Tres meses después, la historia vuelve a repetirse, aunque en un escenario mucho más sensible. Con el equipo eliminado del Reducido y en medio de un clima de desgaste general, la comisión directiva confirmó la fecha para el acto estatutario que, una vez concluido, dará paso a una nueva conducción. Según establece el reglamento, tras la aprobación del balance, la Junta Fiscalizadora asumirá provisoriamente la administración y deberá convocar a elecciones hacia fines de noviembre. Durante ese lapso, la continuidad de Mariano Campodónico como entrenador y la planificación deportiva quedarán en suspenso hasta la asunción del nuevo presidente.
La convocatoria llega, además, en un contexto en el que distintos sectores comienzan a reacomodarse. El oficialismo, encabezado por Moisello, atraviesa un proceso de transición, mientras que la oposición busca consolidar un frente común. En las últimas semanas hubo conversaciones entre referentes de Modernicemos San Martín, San Martín Primero y Movimiento San Martín 2030, espacios que pretenden llegar a una lista de unidad. También se mencionan nombres históricos del club que, con prudencia, analizan si volverán a competir. Todos, sin embargo, coinciden en un punto: el llamado a Asamblea marca el inicio real del nuevo escenario político.
Un cierre y un comienzo
En Bolívar y Pellegrini entienden que este mes es clave. La Asamblea del 31 no sólo servirá para aprobar números y balances, sino también para ordenar la salida de la actual conducción y habilitar la convocatoria electoral. A partir de allí, la Junta Fiscalizadora tendrá la tarea de conducir la transición hasta los comicios, previstos -si se cumplen los plazos- para la segunda quincena de noviembre.
San Martín se prepara, entonces, para una etapa de definiciones que excede lo deportivo. Con el ciclo de Moisello en sus últimos días y con la necesidad de recomponer la confianza de los socios, el club enfrenta un desafío profundo: elegir una nueva conducción que no sólo gestione, sino que reconstruya una identidad. Porque más allá de los nombres y las alianzas, el futuro del “Santo” dependerá de su capacidad para volver a pensarse como institución y recuperar la estabilidad que durante años fue su mayor fortaleza.