Un salto en el tiempo que vivirá esta noche en el teatro Alberdi (Jujuy y Crisóstomo Álvarez), con la presencia a las 21 del Lausanne Bach Ensemble, la formación integrada por Jorge Eduardo Lucca (flauta traverso), Jean-Baptiste Poyard (violín barroco), Mathieu Rouquié (violonchelo barroco) y Anabella Pérez (clavecín), que interpreta obras barrocas con réplicas fieles de instrumentos históricos.
El concierto “Entre Francia y Alemania: de Versalles à Leipzig” estará integrado por obras que refieren a la fastuosidad de la Corte francesa de Luis XIV y a la intensa espiritualidad del alemán Juan Sebastián Bach, en un recorrido que combina refinamiento, virtuosismo y emoción.
“La idea de ensamble nos permite invitar regularmente a músicos a integrarse. Es un conjunto geometría variable, con el objetivo de interpretar la música de Bach y de sus contemporáneos del siglo XVIII, sobre la cual estamos especializados. Pero sabemos que una vida no es suficiente para poder abordar todo el enorme repertorio que él creó”, afirma Lucca en diálogo con LA GACETA.
La presentación del grupo -por primera vez en la provincia- es organizada por la Fundación Procultura Tucumán con el apoyo de la Legislatura, la Caja Popular de Ahorros y la Universidad de San Pablo-T para la difusión de la cultura.
- Ustedes mantienen la afinación original de esa época en sus instrumentos, que es distinta de la actual.
- En ese momento, en cada ciudad, sea pequeña o grande, los instrumentos se fabricaban con lo que se tenía a mano, no había importación. Los de cuerdas y los de viento, como la flauta que yo utilizo, se hacían con maderas y con tripa de animales locales y eso determinaba en gran medida su capacidad sonora. Eso incidía en la afinación; como el registro cambiaba en cada lugar, se consensuó en una afinación en 415Hz, dando un sonido muy dulce, muy redondeado y muy denso al mismo tiempo. Son las vibraciones por segundo, que fueron cambiando en el tiempo y que ahora se fijaron en 440Hz. Eso explica el color de la música barroca que nosotros tratamos de interpretar como en ese momento se oía, de acuerdo a lo que podemos concluir de nuestras lecturas e investigaciones. Nunca sabremos, por ejemplo, de la velocidad a las cual se interpretaban las piezas o de cómo sonaban verdaderamente, pero podemos imaginar cómo podían sonar. Lejos de ser un detalle técnico, la afinación revela la riqueza sonora y expresiva de un período que continúa fascinando por su belleza y complejidad.
Lausanne Bach Ensemble ofrecerá un concierto de música barroca en el Alberdi- ¿Cómo Bach revolucionó la historia de la música?
- Bach fue un gran devoto del cristianismo protestante; escribía sus cantatas para los domingos, refiriéndose al evangelio del día, y tenía un grupo de alumnos o colegas que lo acompañaban, con pocos instrumentos y con el coro del lugar. Todo era mucho más casero. No tenía la pretensión de hacer conciertos masivos sino un objetivo religioso. En nuestro concierto de hoy vamos a tocar una pieza de Bach donde se puede apreciar el rigor del contrapunto alemán, su manejo de las voces y su virtuosismo.
- El contexto era determinante.
No existían las salas de concierto como hoy conocemos, que se crean en el siglo XIX, sino que la música se hacía en las iglesias y en las casas de los de los habitantes o, eventualmente, de príncipes, condes o reyes para unos pocos cientos de personas como máximo.
- ¿Logran revivir el espíritu de los autores de esa época?
- Interpretamos música muy antigua, pero que provoca en el público y en nosotros mismos sensaciones muy particulares. La distancia entre los tonos y los semitonos no eran exactamente exactos como lo son hoy, con el sistema temperado de una octava compartida en 12 semitonos iguales. Había pequeñas distancias en los intervalos que le dan una extraordinaria riqueza melódica y armónica a los instrumentos con los que actuamos, cuando se respetan las reglas de ese momento. Tocamos con instrumentos históricos o sus copias fieles, en el deseo de poder hacer revivir su sonido, de un tiempo en que no existían las orquestas sinfónicas.
- ¿Esa fidelidad los obliga a una exigencia especial?
- Los colores musicales, armónicos y melódicos han cambiado, y los instrumentos y la escucha, también. Por ejemplo, se empezaron a utilizar cuerdas de metal, que permite tener mayor tensión o nace el piano que es una evolución del clavecín que nosotros utilizamos y que tiene un registro mucho más amplio.
- Por su dinámica, generan encuentros con músicos en los lugares donde actúan, ¿qué implica?
- El encuentro con músicos argentinos es una ocasión extraordinaria de compartir y de reunir los hemisferio norte y sur en un proyecto común. Ha sido de una riqueza extraordinaria participar con ellos y poder intercambiar experiencias. La música es un idioma universal, un verdadero lazo de unión entre pueblos y continentes. Todos hablamos lenguas distintas, pero la música es una sola.
El repertorio: un recorrido por el siglo XVIII
El programa que intepretará esta noche la Lausanne Bach Ensemble en el teatro Alberdi está conformado por obras de Jacques Hotteterre (quien vivió entre 1674 y 1763), con distintos movimientos de su Sonata n° 4 Opus 3 compuesta en París en 1712; de Joseph Bodin de Boismortier (1689-1755), con la Sonata n° 2 Op. 37 de 1732; Michel Corrette (1707-1795) con su Sonata Op. 20 n°2 “Les délices de la solitude”, de 1739; y un cierre con el Triple Concierto BWV 1060 de Johann Sebastian Bach (1685-1750), estrenado en Leipzig en 1730. El conjunto suizo afina a sus instrumentos en 415Hz, casi un semitono más bajo de la afinación convencional actual de las orquestas.