Un triunfo es un triunfo. Ese es el mantra que repetía anoche el peronismo en los pasillos de la Casa de Gobierno. La victoria se vivió como un subibajas con el paso de las horas puertas adentro del oficialismo.
Se pasó de la euforia a la mesura y de allí a la valoración, a medida que llegaban las noticias sobre el avance violeta en todo el país.
La posibilidad de obtener la tercera banca- como vaticinaban las encuestas- estuvo latente hasta bien entrado el escrutinio provisorio. El decaimiento de no haberla alcanzado, pese a los 160.000 votos de diferencia, fue breve. Se superó rápidamente cuando los números de otras provincias devolvieron una imagen poco feliz para los peronismos y sus distintas formas.
Y el Frente Tucumán Primero, con el gobernador Osvaldo Jaldo a la cabeza, no sólo retuvo las dos bancas que ponía en juego sino que se metió en el top cinco de los espacios que más votos tuvieron en el ámbito nacional.
Jaldo celebró el triunfo y evitó que Tucumán se tiñiera de violetaEl mandatario, que suele tener una mirada hiperlocal y discretas apetencias nacionales, no sólo cimentó su liderazgo provincial sino que entró de otra manera a los radares del PJ nacional, de la Rosada y del resto de los gobernadores.
Resistencia
Tucumán fue uno de los distritos de “resistencia” para el justicialismo. Jaldo, que mostró ser un hábil conductor, avisó anoche que la campaña terminó y guardará la tijera para retomar las relaciones institucionales con la Rosada.
Las lecturas sobre los mismos números abundaron en los pasillos del poder, dependiendo de quién las esbozaba. La obvia, a priori, es que pocos vieron venir la magnitud de la performance de La Libertad Avanza (LLA).
Osvaldo Jaldo anunció que este lunes retomará plenamente sus funciones en el GobiernoDespués, están las más complejas. La desconfianza entre las distintas líneas internas del justicialismo, el oficialismo jaldista y el antimileismo, también talló en las interpretaciones. Hubo reproches y fotos incómodas. De un lado están convencidos de que algunos “jugaron a menos” para que Jaldo no ganara de manera tan contundente. Del otro consignaron que, en realidad, nunca fueron incluidos en la campaña.
Las miradas también se posaron sobre la dirigencia de los municipios donde se perdió: la Capital y Yerba Buena. Si bien era relativamente esperable, los pases de facturas comenzarán pronto.
Tras los festejos, en los despachos de la Gobernación los aplausos dieron paso a los murmullos. Las planillas volverán a revisarse, pero un triunfo es un triunfo.