La eliminación de River en la Copa Libertadores y en la Copa Argentina dejó a los dos gigantes del país en una situación similar. Tanto al "Millonario" como al "Xeneize" sólo les queda el Clausura para salvar la temporada. En ese escenario, Boca tiene una oportunidad inmejorable para adelantarse a su eterno rival.
El equipo que dirige Claudio Úbeda disputará este lunes su partido pendiente ante Barracas Central, y un triunfo lo dejaría por encima de River en la tabla anual. Ese salto, más simbólico que estadístico, significaría además meter al “Millonario” en zona de repechaje rumbo a la próxima edición de la Libertadores.
El recorrido de ambos a lo largo del año fue errático, marcado por altibajos y frustraciones. Boca se despidió de la Libertadores antes de lo previsto, tras caer ante Alianza Lima en la Fase 2. Luego, sufrió otro golpe en los cuartos del Apertura (fue eliminado por Independiente en La Bombonera) y más tarde se quedó fuera de la Copa Argentina en los 16avos, frente a Atlético.
River, en tanto, no corrió mejor suerte. Se desmoronó en el Apertura ante Platense en el Monumental, fue eliminado por Palmeiras en los cuartos de final de la Libertadores y perdió la semifinal de la Copa Argentina frente a Independiente Rivadavia. En el Mundial de Clubes, ni Boca ni River lograron superar la fase de grupos, una muestra del flojo desempeño internacional de ambos.
Un objetivo en común para Boca y River
Con todos esos golpes en el retrovisor, el foco ahora está puesto en la tabla anual, que se volvió el camino más directo para acceder al torneo continental. Rosario Central, con 62 puntos, ya tiene asegurado su boleto a la Libertadores. Detrás se ubican River (52), Argentinos y Deportivo Riestra (51), y Boca (50). Los dos primeros irán directo a la fase de grupos, mientras que el tercero deberá disputar la instancia preliminar.
Pero el panorama puede cambiar según los campeones. Los ganadores del Apertura, Clausura y Copa Argentina ocupan los cupos de Argentina 1, 2 y 3, por lo que los resultados de esos torneos modifican el reparto. Además, Racing (que disputa las semifinales de la Libertadores ante Flamengo) podría liberar un lugar adicional si avanza a la final.
La reciente caída de River en la Copa Argentina trastocó varios cálculos. Si Independiente Rivadavia termina levantando el trofeo, no liberará plaza, lo mismo que Platense, que ya tiene asegurada su clasificación por el Apertura. En cambio, si Argentinos se consagra, abrirá un cupo extra, al igual que Rosario Central si gana el Clausura.
Más allá de esas especulaciones, Boca tiene la llave en sus propias manos. Si vence a Barracas Central, superará a River y quedará escolta en la tabla. Con sólo tres fechas por jugar y el superclásico del 9 de noviembre en el horizonte, el margen de error se reduce al mínimo.
El problema es que el presente del “Xeneize” no ofrece demasiadas garantías. Perdió dos de sus últimos tres partidos y desperdició puntos ante Defensa y Belgrano. Cada tropiezo profundizó la presión sobre el plantel, que vuelve a convivir con la exigencia y la urgencia de resultados, como ya ocurrió en los convulsionados 2023 y 2024.
En el club lo tienen claro. La clasificación a la Libertadores es el objetivo que puede dar sentido al año. Conseguirlo por tabla o a través de los playoffs del Clausura sería un alivio y una forma de cerrar el ciclo con aire. Por eso, ante Barracas, Boca no sólo se juega tres puntos. Se juega la posibilidad de despegar de una vez y, de paso, trasladarle la tensión a Núñez.