En 1812, Rusia se enfrentó a la amenaza de más de medio millón de hombres, el mayor ejército europeo hasta entonces. Aquella ambiciosa invasión no era más que un error colosal, un intento que llevaría a una de las guerras más costosas de la historia, y a poner fin a las aspiraciones del poderoso Napoleón Bonaparte de convertirse en amo y señor de Europa.
Un buque de guerra estadounidense se intaló en el CaribeEl 24 de junio de 1812, Napoleón Bonaparte cruzó el río Niemen, límite entre el Ducado de Varsovia y Lituania. Estaba al frente de un ejército de 691.500 y tenía una ambición clara: obligar al zar Alejandro I a cumplir con el Bloqueo Continental para evitar el comercio de Rusia con Gran Bretaña y consolidar su hegemonía en Europa. Pero nada de eso pasó y seis meses después, tras verse obligado a retirarse, cientos de miles de soldados murieron, en una de las derrotas más catastróficas de los libros de historia.
Las masivas muertes de las tropas napoleónicas se habían atribuido a los combates, la inanición, el frío y una epidemia de tifus que estalló. Pero parece que la cronología cambió en 2025.
No fue el tifus
Ahora, los investigadores encontraron evidencia en los restos de ADN de los soldados de que pudo haber habido múltiples enfermedades que devastaron al Ejército, incluidas dos bacterias previamente no detectadas. El estudio fue publicado el viernes en la revista Current Biology.
“Antes, solo pensábamos que había una enfermedad infecciosa que diezmó al Ejército de Napoleón: el tifus”, dijo el autor principal Rémi Barbieri, exbecario posdoctoral en el Instituto Pasteur de París, quien actualmente ocupa un puesto posdoctoral en la Universidad de Tartu, en Estonia. En cambio, los investigadores encontraron algo inesperado, lo que abre la puerta a descubrir otras enfermedades infecciosas que podrían haber contribuido a la muerte de los soldados, agregó.
La bacterias que diezmaron el ejército
Los investigadores encontraron los patógenos —Salmonella enterica y Borrelia recurrentis, bacterias que causan fiebre paratifoidea y fiebre recurrente, respectivamente— al analizar dientes de los soldados caídos que fueron hallados en una fosa común descubierta en 2001 en Vilna, Lituania.
Rickettsia prowazekii, la bacteria responsable del tifus, se detectó por primera vez en los dientes de los soldados de Napoleón durante un estudio realizado en 2006, pero la investigación estaba limitada por la tecnología de ese momento. Para averiguar si el tifus fue el único responsable de la desaparición de los soldados, los autores del nuevo estudio utilizaron un método conocido como secuenciación de alto rendimiento, que puede secuenciar millones de fragmentos de ADN a la vez. Esto permite identificar ADN altamente degradado, como los fragmentos genómicos extraídos de muestras de más de 200 años de antigüedad.
El avance de la tecnología
“Esto es algo que solo se puede hacer con estas máquinas que son muy potentes y pueden secuenciar una gran cantidad de ADN”, dijo el coautor del estudio Nicolás Rascovan, supervisor de la investigación y jefe de la Unidad de Paleogenómica Microbiana en el Instituto Pasteur. “Este tipo de análisis, estos tipos de proyectos, realmente pueden ofrecer una imagen mucho más clara sobre el panorama de las enfermedades infecciosas en el pasado… y cómo (los acontecimientos históricos) también han dado forma al panorama de las enfermedades infecciosas en la actualidad”.
Los autores del estudio analizaron 13 muestras y no encontraron rastros de tifus, pero su trabajo no desacredita los hallazgos del estudio de 2006, señalaron los investigadores. La muestra del estudio también es demasiado pequeña para saber el impacto exacto que tuvieron las enfermedades en el Ejército de Napoleón. “Lo que cambia con nuestro estudio es el hecho de que ahora tenemos evidencia directa de que había varias enfermedades infecciosas diferentes presentes en este sitio”, dijo Rascovan. Es probable que haya habido más enfermedades involucradas que aún no se han detectado, agregó.