La referente del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), Alejandra Arreguez, evaluó este lunes los resultados de las elecciones y destacó el fortalecimiento de su espacio en un escenario dominado por el oficialismo provincial y las fuerzas tradicionales.

“Los resultados arrojaron muchos datos. En Tucumán, Jaldo puso todo el aparato a jugar: transformó una elección parlamentaria en una ejecutiva. Eso explica gran parte del resultado”, analizó. Para la dirigente, el voto oficialista no se sostuvo en el entusiasmo, sino “más por miedo al opositor que por convicción”, dijo en LA GACETA.

Remarcó que, ante la falta de un rol opositor del peronismo frente al Gobierno nacional, “una parte del electorado buscó una alternativa en la izquierda, que sí viene jugando ese papel desde hace tiempo”. En ese sentido, destacó los avances del FIT en distritos como la Ciudad y la Provincia de Buenos Aires, donde figuras como Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Romina Del Plá consolidaron bancas.

Consultada sobre las dificultades del espacio para acceder a cargos locales, señaló que “los acoples han sido el límite desde siempre”. “Con los resultados que obtuvimos, en una elección provincial sin ese sistema tendríamos representación en la Legislatura. Pero en Tucumán, Jaldo y Manzur aparecen decenas de veces en las boletas; eso distorsiona todo”, cuestionó.

Alejandra Arréguez.

Arreguez también sostuvo que el crecimiento de la izquierda “no se da en el aire”, sino vinculado a la resistencia social. “El 10% obtenido en la Ciudad de Buenos Aires es reflejo de la organización contra Milei en las calles. No se trata solo de votos, sino de un proceso de lucha que se sostiene desde abajo”, enfatizó.

En su análisis, la dirigente planteó que el resultado electoral no debe interpretarse como un “cheque en blanco” para el Gobierno. “El pueblo argentino no está dispuesto a resignar derechos. Hay una base de principios y valores que sigue firme, y que debe expresarse en la organización y en la calle”, expresó.

Finalmente, cuestionó la pasividad de las conducciones gremiales y el individualismo promovido desde las estructuras tradicionales. “Lo que fracasó ayer fue la idea de que a Milei se lo puede frenar en las urnas. La gran conclusión es que hay que organizarse y prepararse, porque la agenda que se viene es antipopular y antiobrera”, advirtió.