La aparición de tres perros con pelaje azul en la zona de exclusión de Chernóbil ha sorprendido a científicos, veterinarios e investigadores que trabajan en el área afectada por el desastre nuclear de 1986. Las imágenes fueron difundidas por la organización Dogs of Chernóbil, gestionada por Clean Futures Fund (CFF), que desde 2017 se dedica a cuidar a los animales que sobreviven en el perímetro de 47 kilómetros cuadrados alrededor de la planta.

El hallazgo ocurrió el 6 de octubre de 2025, cuando los investigadores documentaron a los animales con el inusual color. “No eran azules la semana pasada. No sabemos la razón y estamos intentando capturarlos para averiguar qué está ocurriendo”, comunicó el equipo a través de un video publicado en redes sociales.

Perros azules Chernóbil. (Imagen: Clean Futures Fund)

Hipótesis científica: un origen químico, no radiactivo

Desde que se viralizaron las imágenes, surgieron varias teorías sobre el cambio de color. Sin embargo, los especialistas descartaron de inmediato una causa radiactiva.

“De ninguna manera estamos diciendo que esté relacionado con la radiación de Chernóbil”, aclaró la doctora Jennifer Betz, directora veterinaria del programa de CFF.

En su página de Facebook, la organización reiteró: “No, no se están volviendo azules por la radiación”. Según explicaron, la hipótesis más probable es que los perros se revolcaron en una sustancia química.

“Parece que se mancharon con un material azul brillante proveniente de un antiguo baño portátil hallado en la zona. Sospechamos que ese tinte explica el color del pelaje, aunque aún no podemos confirmarlo con certeza”, detalló Betz en diálogo con IFLScience.

Los químicos de los sanitarios portátiles contienen pigmentos azules que pueden teñir temporalmente el pelo. Mientras los animales no ingieran la sustancia, el riesgo para su salud es mínimo.

“Los perros parecen sanos, al igual que los demás animales del área. Si no se lamen demasiado, no debería representar un peligro”, agregó la veterinaria.

Una especie que aprendió a sobrevivir entre la radiación

Los perros que habitan en Chernóbil son descendientes de las mascotas abandonadas tras la evacuación masiva de 1986. Con el tiempo, estas poblaciones desarrollaron adaptaciones únicas a un entorno extremo marcado por la contaminación y la radiación residual.

Estudios recientes liderados por Norman J. Kleiman, de la Universidad de Columbia, y publicados en Canine Medicine and Genetics (2023), identificaron más de 400 loci genéticos atípicos y 52 genes vinculados a la exposición a materiales contaminantes, lo que sugiere una evolución particular en estos animales.

Más de 700 perros viven en la zona de exclusión

Actualmente se estima que más de 700 perros y 100 gatos habitan la zona prohibida. Desde 2017, Clean Futures Fund ha esterilizado y vacunado a más de mil animales, contribuyendo al control poblacional y a la prevención de enfermedades como la rabia.

Algunos trabajadores de la planta han adoptado perros locales, brindándoles alimento y atención veterinaria. Aun así, la vida en Chernóbil continúa siendo un desafío para la fauna.

Un caso que sigue bajo observación

Aunque todo apunta a un origen químico accidental para el misterioso color azul, los investigadores continuarán monitoreando el fenómeno hasta determinar la sustancia exacta responsable.

Casi cuatro décadas después del desastre nuclear, Chernóbil sigue sorprendiendo a la comunidad científica: incluso en un territorio marcado por la tragedia, la vida se abre camino de formas inesperadas.