El Ministerio Público de Río de Janeiro difundió esta semana los resultados de una investigación que documenta casos de tortura, castigos físicos y ejecuciones extrajudiciales atribuidos al Comando Vermelho (CV), una de las facciones criminales más antiguas y poderosas de Brasil.

De acuerdo con la denuncia presentada por el Grupo de Actuación Especial de Combate al Crimen Organizado (GAECO), los líderes del grupo ejercían una violencia sistemática tanto contra integrantes de la banda como contra habitantes de las favelas sometidas a su dominio. Los hechos fueron registrados principalmente en los complejos del Alemão y la Penha, zonas históricamente controladas por el CV.

 “Tribunales del tráfico”: castigos sin ley ni piedad

El expediente identifica como jefe máximo de la facción a Edgar Alves Andrade (alias “Doca”), actualmente prófugo de la Justicia, y como principal ejecutor de los castigos a Juan Breno Malta Ramos Rodrigues, conocido como “BMW”.

“BMW” preside los llamados “tribunales del tráfico”, instancias internas donde los acusados —miembros del grupo o vecinos de la comunidad— son sometidos a juicios sumarios por presuntas faltas, disputas o comportamientos considerados “indisciplinados”.

Las sanciones, decididas sin intervención del Estado, van desde humillaciones públicas hasta torturas y ejecuciones, ejecutadas por la Equipe Sombra, el brazo operativo liderado por el propio BMW.

Tortura bajo hielo y castigos ejemplares

Entre las pruebas presentadas por la Fiscalía se encuentra un video donde los miembros del CV sumergen a una mujer en una bañera llena de hielo, castigada por “ser conflictiva en fiestas”. En el registro, los agresores justifican el método ante la comunidad: “No queremos golpear a vecinas; creemos que esta es la mejor forma de castigo”.

Otro video muestra a un hombre atado, amordazado y arrastrado por un vehículo por las calles de Río, mientras implora clemencia. Según el documento judicial, los agresores se detienen solo cuando la víctima pierde el conocimiento.

La estructura jerárquica de la organización también quedó evidenciada en una videollamada en tiempo real, donde BMW conecta con otro líder, Carlos Costa Neves, alias “Gadernal”, para que el castigado confiese los motivos de su sanción ante el jefe.

Violencia como método de control

La Fiscalía atribuye a Fagner Campos Marinho (“Bafo”), brazo operativo del grupo, la ejecución directa de varias agresiones. En uno de los casos documentados, Bafo golpea brutalmente a una persona, filma la escena y le pregunta: “¿Quieres morir?”.

Según el Ministerio Público, estos castigos sirven como mecanismo de control social y disciplinario, con el objetivo de infundir miedo y mantener el dominio del Comando Vermelho sobre los barrios donde opera.

El informe también vincula a BMW con el asesinato de tres médicos en un quiosco de Barra da Tijuca en 2023, un caso en el que las víctimas fueron confundidas con un jefe de una milicia rival. Tras descubrir el error, la propia facción ejecutó a los autores materiales del ataque.

Una estructura criminal con poder territorial

Las autoridades consideran que el sistema de castigos internos sigue siendo una de las herramientas más efectivas de control del Comando Vermelho, tanto dentro de su estructura como en la vida cotidiana de las comunidades.

“El régimen de torturas no solo disciplina al grupo, sino que garantiza la obediencia de los vecinos y refuerza su autoridad frente al Estado”, señala el informe del Ministerio Público.

Las pruebas audiovisuales obtenidas —videos, audios y declaraciones— permiten fortalecer la acción penal contra los responsables, así como identificar los eslabones de mando en la cadena criminal.

La Fiscalía concluye que exponer públicamente estos métodos resulta clave para desmantelar la cultura de impunidad y enfrentar la violencia estructural que domina las favelas de Río de Janeiro.