En el Día Internacional contra la Violencia y el Acoso Escolar, que se conmemora cada primer jueves de noviembre por iniciativa de la Unesco, el foco estuvo puesto este año en la convivencia digital. Bajo el lema “Seguros en la pantalla: aprender a estar protegidos en la era digital”, el organismo busca concientizar sobre los nuevos escenarios de acoso que se desarrollan en internet, especialmente entre los más jóvenes.

Alejandro Castro Santander, director del Observatorio de Convivencia Escolar de la Universidad Católica Argentina (UCA), advirtió sobre la urgencia de abordar este fenómeno desde la educación y la familia. “Hoy no conocer estos temas, sea como padre o como docente, está en la categoría de ignorancia culpable. No podemos desconocerlo: se ha hablado mucho y durante mucho tiempo”, sostuvo en diálogo con LA GACETA.

El especialista consideró que decisiones como la del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que limitó el acceso a la plataforma Roblox en las escuelas, “llegan tarde, pero son necesarias”. “Es una plataforma del año 2006, muy compleja, donde conviven la creatividad y la interacción con múltiples riesgos, desde el grooming hasta las apuestas encubiertas”, explicó.

Castro Santander contó que el primer paso para prevenir estos peligros es retrasar la exposición de los niños al mundo digital. “La primera pregunta es qué hacen tan chicos con un celular o una tablet. Si el dispositivo es propio, el control se pierde. Por eso en algunos países se fija como edad mínima los 14 o 16 años para el uso de redes sociales”, ejemplificó.

IMAGEN ILUSTRATIVA

En ese sentido, planteó que los adultos deben acompañar, no delegar. “Las tecnologías no son buenas ni malas en sí mismas; todo depende del uso. Pero hemos puesto los caballos detrás del carro: nos atrasamos en regular, educar y formar en el uso responsable”, advirtió.

El investigador también alertó sobre nuevas formas de acoso que pueden pasar inadvertidas, como la exclusión digital. “Hay un bullying silencioso que se manifiesta cuando a un chico no lo invitan a un grupo de WhatsApp o no lo suman a las actividades. Esa invisibilización causa un daño enorme, sobre todo en la adolescencia”, explicó.

De acuerdo con estudios nacionales citados por el Observatorio, el 75% de los estudiantes del último año del secundario reconoce haber presenciado exclusiones por aspecto físico, y un 68% por motivos personales o sociales. “Hay un clima social en la escuela que muchas veces pasa desapercibido para los adultos. Por eso hay que trabajar la empatía, la asertividad y las habilidades socioafectivas desde los primeros años”, remarcó.

Finalmente, sostuvo que el acoso no se origina en la escuela, sino que allí se visibiliza. “Es un fenómeno multicontextual. Los chicos aprenden ciertas formas de violencia también en otros ámbitos. Por eso la prevención debe ser integral, con participación de la familia, la escuela y la comunidad”, concluyó.