Descansar eternamente junto al cantante de The Doors, Jim Morrison, o la filósofa francesa Simone de Beauvoir ya no parece un sueño imposible. El Ayuntamiento de París lanzó esta semana un sorteo sin precedentes que ofrece una oportunidad insólita: obtener una tumba patrimonial en alguno de sus cementerios más célebres, a cambio de comprometerse a restaurarla.

La propuesta, presentada como una respuesta al problema de saturación de las necrópolis parisinas, permitirá adjudicar 30 monumentos funerarios históricos distribuidos entre los tres cementerios más emblemáticos de la capital: diez en Père-Lachaise, diez en Montparnasse y diez en Montmartre.

Actualmente, los cementerios de París cuentan con 634.000 concesiones y permanecen colmados desde principios del siglo XX. Sin embargo, muchas tumbas de gran valor artístico o histórico han caído en el abandono, sin posibilidad de demolición debido a su carácter patrimonial.

“En las primeras 24 horas se registraron 1.000 clics en los expedientes de candidatura”, informó Paul Simondon, responsable de asuntos funerarios del Ayuntamiento. Los interesados deberán presentar presupuestos de empresas especializadas en marmolería para demostrar que conocen los costos de la restauración y evitar así sorpresas económicas.

El municipio advirtió que, en caso de incumplimiento de las condiciones de compra y restauración, la venta del monumento se anulará y el comprador perderá su inversión. Este primer sorteo funcionará como una prueba piloto, pero el ayuntamiento ya evalúa ampliar el programa, destacando su “interés ecológico” al promover la reutilización de monumentos funerarios.

El cementerio Père-Lachaise, el más grande y célebre de los tres, ocupa 44 hectáreas en el distrito 20 y alberga unas 70.000 parcelas. Combina el diseño de un parque de estilo inglés con un espacio de meditación donde conviven todos los estilos del arte funerario: gótico, haussmanniano y clásico. Entre sus visitantes ilustres descansan Honoré de Balzac, Marcel Proust, Frédéric Chopin, Colette, Molière, Yves Montand, Edith Piaf, Camille Pissarro y Oscar Wilde, entre muchos otros.

El cementerio de Montparnasse, de 19 hectáreas, es el segundo más grande de la ciudad. Situado en uno de los barrios más animados de París, ofrece un entorno verde y sereno. Allí reposan figuras icónicas de la literatura y las artes como Charles Baudelaire, Guy de Maupassant, Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir y Charles Garnier.

Finalmente, el cementerio de Montmartre, inaugurado en 1825, se extiende a los pies de la basílica del Sacré-Cœur y cuenta con 20.000 parcelas. Entre sus tumbas más visitadas se destacan las de Stendhal, Émile Zola, Berlioz y Dalida (1933-1987), cuya sepultura es la más adornada con flores del lugar.

Con esta iniciativa, París convierte sus cementerios en espacios vivos de memoria y arte, invitando a los ciudadanos a preservar el patrimonio funerario de una ciudad que, incluso en la muerte, busca reinventarse.