El ex presidente Alberto Fernández agitó el debate interno del justicialismo al nombrar a varios dirigentes que, a su criterio, tienen potencial para competir por la Presidencia en 2027, destacando con fuerza al actual gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y al ex ministro de Economía, Sergio Massa.

En una entrevista en el canal de streaming Blender, el ex mandatario también lanzó críticas directas a los conflictos dentro de su partido, advirtiendo sobre las posibles repercusiones institucionales y la afectación a la gobernabilidad en la provincia de Buenos Aires.

Fernández defendió enfáticamente la figura de Kicillof, a quien calificó como “un buen gobernador” y un dirigente “muy inteligente y muy preparado”. No obstante, el expresidente lamentó la situación de adversidad que enfrenta el mandatario provincial, señalando que “el Gobierno hace todo lo posible para que le vaya mal” y criticando a los sectores internos por la falta de apoyo: “Lo que yo no me perdono es que nosotros ayudemos al Gobierno haciéndosela más difícil a Axel”.

Junto a Kicillof, Fernández mencionó como otro peso pesado al ex candidato presidencial Sergio Massa, de quien resaltó su profundo conocimiento del Estado nacional.

Ampliando el panorama de potenciales candidatos presidenciales peronistas, el exjefe de Estado sumó a otros dirigentes como el exgobernador de Chaco, Jorge Capitanich -de quien ponderó que “acaba de hacer una elección extraordinaria”-, el ex ministro de Justicia Martín Soria y su hermana, María Emilia Soria, intendenta de General Roca, Río Negro. 

También incluyó a exfuncionarios de su propia gestión, Gabriel Katopodis y Jorge Ferraresi, a quienes definió como “impresionantes” y potenciales “extraordinarios presidentes”, instándolos a salir a recorrer el país.

El ex presidente subrayó que los conflictos dentro del peronismo, que se intensificaron tras la reciente derrota electoral de medio término, no son solo disputas de nombres, sino que tienen un impacto institucional, pudiendo afectar el alineamiento de senadores y diputados, un factor que, según advirtió, complicaría la gestión en la Provincia de Buenos Aires.

Cuestionamientos judiciales

Alberto defendió enérgicamente su mandato, destacando los resultados económicos y laborales. Remarcó que, con excepción de 2020, la industria argentina creció durante tres años consecutivos y aseguró que su gobierno dejó “la tasa de desocupación más baja de toda la democracia”, sin haber promovido leyes en contra de los trabajadores. Atribuyó la percepción negativa sobre su gestión a las propias internas peronistas, sosteniendo que "es difícil que los aciertos se vean cuando dentro de la propia fuerza se insiste en negarlos”.

Finalmente, se refirió a las causas judiciales que lo involucran. Cuestionó duramente al magistrado Julián Ercolini, señalando que “debería avergonzarnos a todos que siga siendo juez”. También negó terminantemente la denuncia por presunta violencia de género contra su expareja, Fabiola Yáñez, detallando la inconsistencia temporal de lo narrado en la causa con el embarazo de su hijo Francisco.

En una entrevista en el canal de streaming Blender, el ex mandatario también lanzó críticas directas a los conflictos dentro de su partido, advirtiendo sobre las posibles repercusiones institucionales y la afectación a la gobernabilidad en la provincia de Buenos Aires.

Fernández defendió enfáticamente la figura de Axel Kicillof, a quien calificó como “un buen gobernador” y un dirigente “muy inteligente y muy preparado”. No obstante, el expresidente lamentó la situación de adversidad que enfrenta el mandatario provincial, señalando que “el Gobierno hace todo lo posible para que le vaya mal” y criticando a los sectores internos por la falta de apoyo: “Lo que yo no me perdono es que nosotros ayudemos al Gobierno haciéndosela más difícil a Axel”.

Junto a Kicillof, Fernández mencionó como otro peso pesado al ex candidato presidencial Sergio Massa, de quien resaltó su profundo conocimiento del Estado nacional.

Ampliando el panorama de potenciales candidatos presidenciales peronistas, el exjefe de Estado sumó a otros dirigentes como el exgobernador de Chaco, Jorge Capitanich -de quien ponderó que “acaba de hacer una elección extraordinaria”-, el ex ministro de Justicia Martín Soria y su hermana, María Emilia Soria, intendenta de General Roca, Río Negro. 

También incluyó a exfuncionarios de su propia gestión, Gabriel Katopodis y Jorge Ferraresi, a quienes definió como “impresionantes” y potenciales “extraordinarios presidentes”, instándolos a salir a recorrer el país.

El ex presidente subrayó que los conflictos dentro del peronismo, que se intensificaron tras la reciente derrota electoral de medio término, no son solo disputas de nombres, sino que tienen un impacto institucional, pudiendo afectar el alineamiento de senadores y diputados, un factor que, según advirtió, complicaría la gestión en la Provincia de Buenos Aires.

Cuestionamientos judiciales

Alberto defendió enérgicamente su mandato, destacando los resultados económicos y laborales. Remarcó que, con excepción de 2020, la industria argentina creció durante tres años consecutivos y aseguró que su gobierno dejó “la tasa de desocupación más baja de toda la democracia”, sin haber promovido leyes en contra de los trabajadores. Atribuyó la percepción negativa sobre su gestión a las propias internas peronistas, sosteniendo que "es difícil que los aciertos se vean cuando dentro de la propia fuerza se insiste en negarlos”.

Finalmente, se refirió a las causas judiciales que lo involucran. Cuestionó duramente al magistrado Julián Ercolini, señalando que “debería avergonzarnos a todos que siga siendo juez”. También negó terminantemente la denuncia por presunta violencia de género contra su expareja, Fabiola Yáñez, detallando la inconsistencia temporal de lo narrado en la causa con el embarazo de su hijo Francisco.