El pasado 22 de julio, Pablo Alarcón protagonizó un accidente vial en la Avenida Córdoba, a la altura de Concepción Arenal, luego de descompensarse mientras manejaba. En un principio se habló de un posible ACV, pero los médicos del Hospital Fernández descartaron esa versión y confirmaron que el actor sufrió un síncope, una pérdida temporal de conciencia asociada a problemas cardíacos.
A sus 79 años, el reconocido actor ya había atravesado una cirugía a corazón abierto en 2024. Tras el episodio, permaneció internado en observación y se recuperó, aunque el hecho volvió a poner en foco su estado de salud.
La demanda millonaria contra Pablo Alarcón
A casi cuatro meses del siniestro, los dueños de los autos involucrados iniciaron una demanda civil y penal contra Alarcón. El reclamo asciende a 21 millones de pesos, una cifra que incluye daños materiales, pérdida de uso de los vehículos y deterioro del valor comercial.
El escrito judicial no se limita al aspecto económico: también cuestiona la responsabilidad personal del actor por haberse puesto al volante en esas condiciones.
“Conducir un vehículo a los 79 años con antecedentes de salud no puede considerarse un suceso ajeno al riesgo, sino un elemento que lo potencia”, sostienen los demandantes.
Además, señalan que Alarcón tenía el registro vencido, y que su solicitud de renovación había sido rechazada por razones médicas, lo que refuerza la acusación de negligencia.
Qué dicen los abogados sobre el caso
Según revelaron en el programa A la tarde, los representantes legales argumentan que “el ordenamiento jurídico traslada el costo de la situación al guardián de la cosa riesgosa, protegiendo a terceros inocentes que nada tienen que ver con la decisión de conducir en esas condiciones”.
La difícil situación económica de Pablo Alarcón
En el mismo ciclo televisivo, se remarcó el delicado presente económico del actor.
“Esto se lo hacen porque es famoso, porque saben quién es”, aseguraron, aludiendo a que Alarcón vive al día y no cuenta con recursos para afrontar una suma tan elevada.
Mientras la causa judicial avanza, el intérprete enfrenta un escenario complejo donde se entrecruzan salud, responsabilidad civil y debate social sobre el envejecimiento y la movilidad.