El Gran Premio de Brasil dejó una polémica que agitó el paddock de la Fórmula 1. McLaren apuntó contra Red Bull por el cambio de motor en el auto de Max Verstappen y abrió un nuevo frente de discusión sobre los límites financieros de la categoría. Andrea Stella, jefe del equipo inglés, cuestionó si la maniobra cumplió con el tope de 135 millones de dólares que rige para esta temporada y sugirió que podría haber otorgado una ventaja deportiva encubierta.
El conflicto comenzó tras una clasificación adversa para Verstappen, que quedó eliminado en la Q1 por un error en su vuelta rápida y debía largar desde el puesto 16. Ante ese escenario, Red Bull optó por reemplazar por completo la unidad de potencia Honda y modificar la puesta a punto del RB21. Al salir desde boxes, el neerlandés quedó fuera del régimen de parque cerrado, lo que permitió al equipo ajustar el coche sin restricciones. La estrategia funcionó: el tetracampeón remontó posiciones hasta finalizar tercero, detrás de Lando Norris (McLaren) y Kimi Antonelli (Mercedes).
Para Stella, la decisión de Red Bull no tiene una explicación técnica evidente. “En términos de rendimiento, estos motores no muestran un deterioro significativo con el kilometraje, así que normalmente no cambiarías un motor ni aceptarías una penalización porque el beneficio no compensa la pérdida”, advirtió el ingeniero italiano tras la carrera.
El director de McLaren también puso el foco en el aspecto económico del caso. “Este tipo de cambio plantea un desafío reglamentario. Me gustaría saber si el costo de ese motor entra dentro del tope presupuestario o no. Si el motor se ha cambiado por razones de rendimiento, debería estar incluido dentro del límite. Vamos a ver si es así o no”, planteó Stella, dejando entrever que el gasto podría no haber sido declarado.
El límite financiero fue implementado por la FIA con el objetivo de reducir las diferencias entre las escuderías y garantizar una competencia más equilibrada. Sin embargo, desde su aplicación, el control sobre los presupuestos ha generado controversias. En 2022, Red Bull fue sancionado por exceder el tope, lo que reaviva las sospechas sobre su actual manejo económico.
Desde el equipo austríaco aseguran que el cambio de motor fue una decisión estratégica y dentro de las normas, pero las declaraciones de Stella podrían derivar en una investigación formal. En un campeonato donde cada dólar y cada detalle técnico pueden definir una carrera, la transparencia financiera vuelve a quedar bajo la lupa.