Como esos duelos que se cargan de electricidad antes de que la bocha empiece a rodar, la final del torneo Anual masculino reunirá esta noche a San Martín y Monteros Vóley en una serie que promete intensidad, presión y un margen de error mínimo. El formato al mejor de tres partidos le agrega un brillo especial a una temporada larga, que moldeó identidades, corrigió desajustes y dejó a ambos equipos en un punto de madurez ideal para disputar un título. El inicio será este viernes a las 22.30 en Natación y Gimnasia; continuará el sábado a las 21 en Tucumán Rugby; y, si la historia lo exige, tendrá un tercer capítulo el domingo a las 19 otra vez en Natación. El dato mayor es simple: si el “Santo” gana la serie, se coronará campeón del año por haber ganado el clasificatorio; si el “Naranja” se impone, habrá una Súper Final para decidirlo todo.

En Bolívar y Pellegrini el ambiente previo se vive con la serenidad de los grupos que entienden dónde están parados. La semifinal contra Los Tarcos dejó conclusiones positivas y reafirmó el rumbo del equipo. El capitán Nicolás Ordoñez lo resume con claridad al repasar aquella actuación. “El balance fue positivo porque se ejecutó lo trabajado durante la semana, más allá de algunas desatenciones; el equipo mostró concentración e intensidad”, explicó, convencido de que esa combinación será indispensable frente a Monteros. “Erik Brunet viene de una excelente liga. Tenemos delanteros muy buenos, y esa competencia sana dentro del plantel hace que todos quieran hacerse sentir en estos partidos”, señaló al hablar  del peso ofensivo.

Al imaginar la final, Ordoñez describió un cruce de mucha exigencia, pero con un enfoque centrado en su propio juego. “Será una serie intensa. Respetamos a Monteros, pero debemos centrarnos en nuestra identidad de juego”, reflexionó, antes de analizar el formato al mejor de tres, que para él no altera la preparación del equipo. “No es un formato habitual, aunque nuestra preparación empieza en enero. La estrategia es mantener el pie en el acelerador”, añadió con firmeza.

El “Santo” llega sólido, aunque sin caer en triunfalismos. “Siempre hay aspectos para mejorar. Lo fundamental es mantenernos unidos, porque la jerarquía del club debe sostenerse en cada presentación”, destacó. Ese sentido de pertenencia también lo vincula con la historia que carga la camiseta, una presión que, según confiesa, aprendió a asumir como parte del ADN del club. “Es una presión que ya siento natural. Los referentes de generaciones anteriores repetían que acá se forman campeones”, recordó.

“Estos partidos me encantan. Me llegan en una etapa muy importante, como la paternidad, y volví después de un tiempo. Este grupo tiene una hermandad que no sentía hace rato”, compartió Ordoñez. “Quienes están siempre saben lo que hacemos por la camiseta”, avisó.

Impulso y disciplina

Mientras tanto, Monteros llega con la energía de los equipos que crecieron desde el roce y la exigencia. La semifinal frente a Huirapuca, tan dura como reñida, reafirmó la convicción del plantel. Su capitán Martín Zalatel recordó aquel partido con la nitidez que deja un duelo que se gana desde la cabeza. “Sabíamos que sería un partido durísimo y muy físico. En estas instancias hay que estar concentrado en todos los detalles; eso nos permitió dar vuelta el resultado”, explicó. “Nos dio confianza para saber que, cuando estamos bien parados y sostenemos lo planteado, somos un gran equipo”, agregó.

Al hablar sobre el “Santo”, Zalatel reconoció el peso del rival, pero sin perder de vista el plan propio. “Es uno de los clubes más fuertes del campeonato. Debemos mantener nuestra estructura y el juego en equipo durante todo el partido, con y sin pelota”, señaló, remarcando la importancia de sostener la disciplina táctica.

El formato de tres partidos consecutivos también requiere una preparación especial. “Hay que estar muy bien preparados mental y físicamente. Esta serie demanda muchísima concentración. Es partido a partido”, analizó, recordando que la recuperación y el enfoque serán claves entre cada jornada.

Ser capitán en esta instancia tiene un valor profundo para él. “Es una responsabilidad muy grande y un orgullo transmitir mis años de hockey. Es una experiencia hermosa”, expresó Zalatel, que como cierre, dejó un mensaje para toda la gente de Monteros. “Que vengan a acompañarnos. Vamos a dejar todo. Queremos transmitir pasión, esfuerzo y dejar un ejemplo para las nuevas generaciones”.