La tarde en Tucumán Rugby no fue una más. El segundo duelo entre Natación y Gimnasia y Huirapuca, por la final de los playoffs del torneo Anual, transformó a Marcos Paz en un escenario donde la emoción se repartió de punta a punta. Allí, en una cancha neutral, las hinchadas montaron un espectáculo paralelo que terminó de darle identidad a esta definición que se resolverá hoy. Aunque el partido fue intenso, cambiante y emocional, lo que rodeó al encuentro tuvo un protagonismo propio.
El conjunto del parque 9 de Julio desembarcó con una tribuna encendida: cantos continuos, saltos, familias completas y una multitud de palitos inflables blancos golpeando al ritmo de cada aliento. Un clima de fiesta que acompañó a un equipo acostumbrado a sentirse fuerte con su gente.
Del otro lado, “Huira” respondió con su impronta habitual: batucada, globos rojos y verdes, banderas que flameaban sin descanso y un cancionero que nunca aflojó. A pesar de los 85 kilómetros que separan Concepción de Yerba Buena, su hinchada volvió a demostrar que el sacrificio no es excusa cuando se trata de acompañar.
Durante varios pasajes del partido, el duelo paralelo fue entre las tribunas: quién hacía más ruido, quién sostenía el aliento, quién imponía el clima. Y también quién reclamaba más fuerte ante cada decisión dudosa. Las quejas arbitrales se escucharon de los dos lados: gestos, reclamos, murmullos y silbidos que acompañaron un partido donde cada detalle pesó.
En ese contexto caliente, Natación logró revertir un inicio adverso. Rocío Campero, figura del partido, explicó cómo vivieron ese cambio de energía. “Hoy era ganar o ganar. Teníamos esa presión, pero también la tranquilidad de que el partido se iba a dar. La confianza y la actitud no se negocian”, dijo la ahora del doblete para las “Blancas”. “El primer cuarto fue terrible, como ayer, pero después, al pasarnos más la pelota, encontramos los espacios. Se nos abrió el arco y eso nos dio tranquilidad”, agregó.
El desgaste físico volvió a aparecer como un tema inevitable, sobre todo porque esta definición al mejor de tres, implica partidos consecutivos.
“Tres partidos seguidos es mucho esfuerzo. Venimos sin descanso real y hay que adaptarse. Es un desafío para todos”, reconoció.
El viaje un prueba extra
Del lado rojo y verde, Tania María Cruz coincidió en que la cabeza pesó más que las piernas en el segundo día definitorio. “Nos jugaron en contra los nervios. Empezamos bien, pero después ellas lo dieron vuelta. Una final se juega mucho con la cabeza”, sostuvo Cruz, que al hablar del formato fue directa.
“Tres partidos es un gran desgaste físico y mental. Además perdés un poco la esencia de la final. La gente quiere venir, alentar, y no siempre los horarios ayudan”, remarcó la delantera.
En ese sentido, las hinchadas también opinaron sobre este formato. Algunos lo ven atractivo; otros, excesivo.
“Es un sacrificio enorme. Entre viajes, horarios y días de entrenamiento, todo lleva horas. Pero la familia está y eso sostiene”, explicó María Laura Ragonese, exjugadora y fanática de “Huira”.
A su vez, la concepcionense Mariana Tasquer reforzó la mirada crítica desde la logística del interior.
“Desde niñas hacemos 75 kilómetros de ida y vuelta. Para venir a los tres partidos juntamos plata y organizamos para venir en colectivos, a través de los grupos de WhatsApp de los papás y las redes sociales. Está en nuestra sangre, pero debería planificarse mejor”, señaló Tasquer. “Los que estuvieron ven la tribuna llena, pero no ve todo lo que hay detrás: colectivos, autos, familias que juntan plata para venir. Todo se arma a pulmón. Esa parte del sacrificio no se cuenta, pero es la más pesada”, agregó.
Clima intenso
El ambiente en Tucumán Rugby fue maravilloso y, al mismo tiempo, reflejó las tensiones de un formato que divide opiniones. Hay quienes celebran la emoción de una serie larga y quienes sienten que la exigencia física y logística supera lo razonable.
Lo cierto; es que hoy será el capítulo final. Natación buscará cerrar la historia en casa. Huirapuca intentará volver a dar un golpe como la última vez que pisó esa cancha. Y las hinchadas, esperan volver a convertir la definición en un espectáculo aparte.